TEMARIO
BLOQUE I PROPIEDADES
DE LA ARGUMENTACIÓN FILOSÓFICA
·
Pensamiento y lenguaje
·
Condiciones de posibilidad del discurso
filosófico
·
Principios lógico ontológicos de la
argumentación
·
Argumento y discurso argumentativo
BLOQUE II
ARGUMENTACIÓN FILOSÓFICA EN PROCESOS DIALÓGICOS
·
Problema y diálogo
·
Fines y características de las argumentaciones
deductiva, inductiva, analógica y retórica
·
Exposición argumentativa
BLOQUE III PRAXIS
ARGUMENTATIVA
·
Riesgos en la argumentación
·
Intenciones y contextos en la argumentación
·
Compromisos éticos en la argumentación
BLOQUE I
PROPIEDADES DE LA ARGUMENTACIÓN FILOSÓFICA
I.
TEMÁTICA:
PENSAMIENTO Y LENGUAJE
PROPÓSITO:
Que el
estudiante aplique los principios lógico-ontológicos de la argumentación
considerando las condiciones de posibilidad del discurso filosófico, para
reconocer su importancia en la resolución de problemas de su entorno.
INTRODUCCIÓN:
La educación hoy en día se basa en el
desarrollo de nuestras competencias, tanto para los docentes como para ti como estudiante, las cuales se
pueden dividir en genéricas, disciplinares y profesionales. Hasta el momento tú has desarrollado con ayuda de tus
profesores tus competencias genéricas en el área de Filosofía, en las asignaturas de Filosofía I: Filosofía y construcción de ciudadanía y Filosofía II: Filosofía y formación humana. Ahora en Filosofía III: Argumentación filosófica corresponde ejercitar las siguientes
disciplinares.
2) Evalúa distintos aspectos filosóficos
disciplinares: ontológicos, éticos, axiológicos, estéticos, epistemológicos y lógicos en su proceso de
desarrollo humano.
4) Argumenta filosóficamente su visión del
mundo asumiendo una postura responsable y comprometida.
DESARROLLO:
A
continuación te encontraras una serie de actividades que te ayudarán a
desarrollar tus competencias de “Expresión y comunicación”, “Pensamiento
crítico y reflexivo” y “Responsabilidad social”. En la lectura se destacan
las funciones del lenguaje o código de signos, como medio de comunicación que
expresa pensamientos e ideas. Después, se definen cada una de las funciones del
lenguaje, pensamiento y argumentación, que te
servirán para transmitir un mensaje.
Todo ello sirve como antecedente para
abordar el tema de la argumentación y posibilidad del discurso filosófico en
cuanto a la verdad y la razón. Encontrarás también distintas actividades de
consolidación, además de un instrumento de evaluación –lista de cotejo- y los
criterios aplicados.
II.
MATERIAL DIDÁCTICO
Lee el siguiente
fragmento donde se relacionan
pensamiento, lenguaje y argumentación.
a)
Subraya lo que significa
pensamiento, lenguaje y argumentación, y escribe con tus propias palabras su
definición.
Recuerda que:
·
El lenguaje es el conjunto de sonidos, palabras o señas que expresan
pensamientos o ideas[1].
·
Pensar:
“¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma,
niega, quiere y no quiere y, también, imagina y siente[2].
·
Todo aquello que
argumentamos nos compromete en nuestro actuar.
LECTURA:
LA ARGUMENTACIÓN
Plantin, Christian[3]
La argumentación
tiene una cara cognitiva: argumentar
es ejercer un pensamiento justo. Para llevar a cabo un recorrido analítico y
sintético se estructura un material: después, se examina un problema, se reflexiona,
se explica, se demuestra, a través de argumentos, de razones, de pruebas. Se
proporcionan causas. La conclusión de la argumentación es un descubrimiento,
produce una innovación o, a al menos, conocimiento.
Quien argumenta
despliega la intuición. Articula una lógica en un discurso, en una lengua que se domina en la se expresa
un pensamiento correcto, pero igualmente seductor, que puede ser serio o
irónico, sin dejar de ser coherente.
La argumentación
funciona en situación en la vida
corriente. En la esfera social, está en contacto con la economía (permite hacer
publicidad, ayuda a vender), con lo judicial (procesos), con la política y con
el poder. Se argumenta en todas las situaciones en las que existe una
alternativa, una posible contestación, en las que hay que justificar (se), en
las que hay que comprometerse en la acción y se tiene que tomar la decisión
justa.
Quien argumenta.
Puesto que gusta del examen crítico, manifiesta
sus capacidades en el debate de ideas, donde las opiniones se conforman,
encuentran objeciones y se refutan: la multiplicación de los puntos de vista
conduce a la tolerancia, lo cual no implica que se renuncie a convencer al
interlocutor. Supone un distanciamiento que permite elegir lo mejor.
Pero es preciso
desconfiar de este aspecto angelical. La discusión se convierte fácilmente en disputa. La argumentación es una
actividad sospechosa, con sus paralogismos, sofismas, seudo-razonamientos capciosos y falaces. Deja el campo libre a
las argucias y a la mala fe. El argumentador se convierte en un razonador, un
quisquilloso, un sofista. La argumentación no es más que la máscara de una pura
relación de fuerzas, entonces, el esfuerzo consiste en poner a punto las estrategias, en utilizar armas
para ganar en un combate al que pone fin el hecho de tener una argumentación
capaz de dar una vuelta de trueca más sobre el adversario a quien se ha hecho
perder el hilo de su discurso.
III.
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN
En la siguiente
actividad elabora un diálogo donde argumentes con pensamientos validos, tu
postura a favor o en contra de uno
de los siguientes temas: aborto, relaciones sexuales en la adolescencia,
tatuajes. Para que pongas en práctica tus competencias de expresión y comunicación, pensamiento crítico y
reflexión.
Instrucciones:
1) Realiza tu argumentación sobre el tema que elegiste por
escrito.
2) Tu postura argumentativa intercámbiala con tu compañero o
compañera de la butaca de alado, lee la argumentación de tu compañero o
compañera y crítica su postura sobre su tema elegido.
3) Ahora a ti te toca ser cuestionado, defiende tu postura
argumentativa.
4) Debate en clase con la ayuda de tu profesor o profesora,
sobre la postura de tu compañera o compañero de clase, para que entre todos
puedan comprender el uso práctico del pensamiento, lenguaje y argumentación.
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Después de haber
realizado la lectura con las diferentes actividades solicitadas, aplica el
siguiente instrumento de evaluación.
COLGIO DE BACHILLERES PLANTEL
|
|||||
GRUPO:
|
TURNO:
|
||||
ALUMNO
(A):
|
|||||
NOMBRE
DEL PROFESOR:
|
|||||
|
5
|
4
|
3
|
2
|
1
|
Construcción de Párrafos
|
La escritura fluye fácilmente y tiene buen
ritmo cuando se lee en voz alta el párrafo.
|
Todos los párrafos tienen unidad, tratan una
sola idea.
|
Las oraciones tienden a ser más mecánicas
que fluidas, las construcción de oraciones son inadecuadas hacen lenta la
lectura del párrafo.
|
El escrito es difícil de seguir o de leer en
voz alta, porque muy pocos párrafos tratan una sola idea.
|
No hay unidad en los párrafos.
|
Redacción
|
El estudiante demuestra un buen uso de las
convenciones de redacción, como: gramática, utilización de mayúsculas,
puntuación, lenguaje, ortografía, construcción de oraciones y párrafos.
|
Repite letras en algunas palabras, pero no hay errores de gramática,
ortografía o puntuación en todo el escrito.
|
Tiene hasta tres errores de gramática,
ortografía o puntuación en todo el escrito.
|
Tiene de cuatro a seis errores de gramática,
perjudican la facilidad de lectura.
|
Tiene más de seis errores de gramática,
ortografía o puntuación en todo el escrito.
|
Información
|
La información es clara e interesante.
Mantiene la atención del lector.
|
La información está estrechamente
relacionada con el tema principal y proporciona ejemplos.
|
La información está relacionada con el tema,
pero no da ejemplos.
|
La información tiene poca relación con el
tema principal.
|
La información no está relacionada con el
tema principal.
|
Organización
|
La organización resalta y focaliza la idea o
tema central, que compromete al lector a lo largo del texto.
|
La organización muestra una información con
párrafos y con subtítulos.
|
Se organiza la información por párrafos.
|
La organización en algunos párrafos es inefectiva o muy obvia y el lector puede
inferir lo que va a suceder, por ser repetitiva la información.
|
La información esta desorganizada.
|
I.
TEMÁTICA: CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL DISCURSO
FILOSÓFICO: VERDAD Y RAZÓN.
PROPÓSITO:
Que el estudiante considere la
relevancia de los discursos filosóficos como un medio de ofrecer una
interpretación adecuada de la realidad, que sea capaz de identificar las
características lógicas que se atribuyen a una forma de razonamiento que, entre
otras cosas, intenta alcanzar la objetividad, coherencia, consistencia y
universalidad persiguiendo siempre el saber bien fundado por encima de la
opinión, la racionalidad por encima de la superstición y la objetividad por
encima de la particularidad.
INTRODUCCIÓN:
En este apartado se pretende que el
alumno sea capaz de reconocer la importancia y las distintas variaciones del
quehacer filosófico a partir de uso discursivo del lenguaje. Para ello se
propone realizar la lectura de un breve ensayo titulado “Problemas en la
Argumentación”. En este texto se hace notar que los discursos filosóficos
tienen siempre ciertas pretensiones hacia la verdad y la apropiación de
conocimiento y por ello asume ciertos compromisos y características que deben
satisfacerse a fin de conseguir la demostración de las ideas propuestas por el
filósofo.
DESARROLLO:
Se le proporciona al estudiante las
copias del texto designado a fin de que comience a identificar los principales
conceptos que es preciso que maneje. Así mismo, es necesario que, a través de
esta lectura, el alumno comience a identificar el argumento filosófico de
cualquier otro tipo de argumento sofista. En este sentido es preciso hacerle
notar que las finalidades en uno y otro discurso son distintas ya que aquella
pretende siempre una visión objetiva de la realidad a través de la búsqueda de
la verdad, mientras que ésta última sólo pretende el convencimiento subjetivo.
Se pretende que los alumnos contesten
un pequeño cuestionario que manifieste su grado de comprensión de la lectura.
Se debe recalcar que las preguntas son abiertas y la intención es que expresen,
en propias palabras, los conceptos básicos de la lectura.
II.
MATERIAL DIDÁCTICO: LECTURA
PROBLEMAS
EN LA ARGUMENTACIÓN
I.-
EVALUAR LOS ARGUMENTOS
Oscar Brenifier & Isabelle Millon
Oscar Brenifier & Isabelle Millon
¿Qué
es un argumento?
Es
un razonamiento, un hecho o un ejemplo destinado a probar o justificar una
afirmación o una proposición Cualquiera. Debe responder a una problemática
precisa y ser operativo. Hay que distinguir la argumentación retórica y la
argumentación filosófica: el argumento retórico tiene la vocación de convencer
y persuadir incluso cuando pretende demostrar; mientras que el argumento
filosófico, inclusive cuando pretende justificar una proposición, tiene como
principal vocación la de profundizar, la de sacar a la luz el pensamiento. El
argumento filosófico convoca uno o varios conceptos susceptibles de dar cuenta
de la naturaleza de una idea o de un juicio, de su legitimidad, de su
fundamento; en este sentido, debe establecer una relación y clarificar un
contenido que permitan construir y elaborar el pensamiento.
En
la argumentación filosófica la finalidad es principalmente la de hacer
consciente un pensamiento particular: articular sus conceptos, su axiología, su
recorrido intelectual, su génesis, de hacer visibles sus presupuestos, etc.
Para esto, la claridad aparece como primer criterio, lo que implica la
explicitación y la coherencia. Aunque a veces el problema que se plantea es
determinar aquello que podemos aceptar como lo dado implícitamente, o bien
denunciar lo que falta y debería explicitarse. No siempre es fácil hacer hablar
a una idea y al mismo tiempo evitar la sobre interpretación. En este sentido,
la capacidad crítica es necesaria para la argumentación, como instrumento útil
de evaluación del argumento. El término “crítico” aquí está empleado en su
sentido original: el de separar, discriminar. No se trata siempre de encontrar
algo que cambiar, no se trata de aplicar el espíritu de contradicción, sino de
saber distinguir. Para examinar la argumentación, nos referimos principalmente
al principio de crítica interna de Hegel. No nos interesa aquí la crítica
externa en la que se propone remplazar ciertos conceptos por otros que nos
parecen mejores, moralmente o epistemológicamente. La crítica interna consiste
en evaluar la claridad y la coherencia, la pertinencia, la fuerza o la
debilidad de las conclusiones y de los argumentos, en distinguir los conceptos
entre ellos, las formas entre ellas, etc.… El valor de los argumentos no nos
interesa por su verdad intrínseca, sino únicamente por la relación de
coherencia que consiguen con la pregunta y la respuesta que deben apoyar.
Aunque
la respuesta fuera considerada como provisional, siempre expresará el modo de
pensar que la ha producido. Finalmente, debemos añadir también el criterio de
la no repetición: a menudo, en el curso de un debate o de un escrito, las ideas
se repiten, directamente o mediante la reformulación, lo que tiende a producir
una cierta confusión. Se trata pues de detectar la repetición de lo idéntico
con el fin de asegurar la producción de nuevos conceptos e hipótesis.
Sean
como sean los diversos criterios de evaluación de los argumentos que proponemos
en este artículo, no siempre será evidente la determinación de la validez o no
de los argumentos encontrados. Se tratará en todo caso de producir un juicio
singular, a veces rápido, a veces dubitativo, ya que la línea divisoria entre
un argumento aceptable o no no está claramente definida. Un ejemplo son los
argumentos débiles, que son argumentos sin serlo: lo son por grado, y no será
siempre fácil trazar la línea entre su aceptación y su rechazo. Tras el
análisis, el juicio remitirá siempre a unos presupuestos que podrán ser
contestados, y a la expresión de una subjetividad. El trabajo de interpretación
y de evaluación de la interpretación será inevitable, y planteará problemas. Es
en este momento en que el trabajo del grupo revelará su utilidad para
considerar las diversas posibilidades de enfocar el problema, a través de la
elaboración de las diferentes matrices conceptuales. La cuestión será en qué
medida una posición debería imponerse o no, en qué medida una interpretación
tendrá más valor que otra, o si ambas tienen un valor equivalente.
Debemos
de todos modos admitir una elección pedagógica y epistemológica que hemos
hecho: la de incluir el trabajo de la respuesta – o de la conclusión- en el de
la argumentación. Nos explicamos: en general una idea o surge sola: aparece como respuesta a un
problema que se plantea el autor de la idea o una tercera persona.
Si
existe la necesidad de argumentar es porque pensamos que nuestra idea no va de
suyo, sin lo cual no experimentaríamos
ninguna necesidad de argumentar. En general, una argumentación está compuesta
de una conclusión y de elementos de prueba que llamamos argumentos. Puede haber
uno o varios argumentos que constituyen las razones por las que aceptar la
conclusión que ha sido enunciada. Asimismo con el fin de encuadrar el problema
del argumento, para simplificar y clarificar el funcionamiento, hemos optado
por considerar la estructura general siguiente: una pregunta, que plantea un
problema, una respuesta, que concluye o posiciona, y un argumento, que sostiene
la conclusión o el posicionamiento.
Nos
parece que todo argumento se inscribe necesariamente en un contexto reductible
a esta forma: pregunta, respuesta,
argumento. Bien entendido, y contrariamente a una opinión bastante extendida,
la pareja “respuesta y argumento” no tiene necesariamente valor de certeza. La
necesidad de estos dos elementos para constituir una “verdadera respuesta”
implica los dos postulados filosóficos siguientes:
Primero,
un posicionamiento no es en sí mismo una respuesta adecuada, ya que ignoramos
cual es su sentido, cual es su origen, en la medida en que este posicionamiento
necesita de un argumento que le dé sustancia.
Segundo,
un argumento que no está precedido de un posicionamiento no puede tener sentido
en tanto que argumento: puesto que un argumento debe sustentar una posición,
esta última debe ser determinada, clara y precisa. La elección de este
presupuesto podrá parecer temeraria o sesgada en un primer momento, pero el
lector se dará cuenta que, aunque reductor, es bastante operativo. Ya que si
las respuestas no argumentadas son moneda corriente en la vida cotidiana, las
argumentaciones sin posicionamiento lo son igualmente, y se esconden
generalmente en la confusión de un discurso prolífico. ¿De qué serviría
argumentar si no sostuviéramos algo? Estaríamos dando explicaciones, pero no
argumentos, error muy corriente por otro lado. El argumento tiene exigencias
que la explicación ignora.
Si
queremos establecer una parrilla simple de evaluación de las respuestas y los
argumentos, proponemos los criterios siguientes:
1
– Claridad de la respuesta.
2
– Pertinencia de la respuesta
3
– Existencia de un argumento
4
– Pertinencia del argumento
5
– Fuerza o debilidad de la argumentación
6
– Pluralidad o repetición de las ideas (en el caso de que haya más de una
respuesta o argumento).
Con
el fin de realizar un trabajo crítico hemos intentado poner de manifiesto
diferentes tipos de error argumentativo.
Para esto, es necesario explicitar la naturaleza del argumento y exponer su
pluralidad formal. Para esto, recordemos primero que la argumentación supone
dirigirse a los problemas con el fin de profundizar en ellos, clarificar,
tratarlos, véase resolverlos. Producirá pues conceptos, no para definirlos si
no para hacerlos operativos. Un argumento puede ser un hecho establecido o una
demostración lógica, puede tener forma subjetiva u objetiva: el primero
dependerá más bien de elecciones personales, el segundo tendrá ciertas
pretensiones de determinación de la realidad. No obstante un argumento no tiene
por qué provenir de certeza alguna, puede ser una suposición o una
especulación, es decir de una esperanza o de un temor que sirva de motivación,
véase una condición. Bien entendido, el interés o la fuerza del argumento
variará según la fiabilidad y la naturaleza de su contenido.
Los
argumentos pueden ser de tipos muy diversos: moral, práctico, psicológico,
intelectual, lógico, fáctico, etc.
Mostramos
algunos breves ejemplos de estos diversos tipos. (Estos argumentos son a veces
incompletos ya que sirven únicamente para mostrar el registro argumentativo.)
Pregunta:
¿Deberías emprender esta acción?
Argumento
moral: No, porque no es moral actuar sin preocuparse por el bienestar de la
sociedad.
Argumento
práctico: No, debería entrenarme demasiado tiempo para lograrlo.
Argumento
psicológico: No, porque no tengo ninguna gana.
Argumento
intelectual: No, porque es prioritario consagrarse a la investigación.
Argumento
lógico: No porque esa acción no tiene sentido.
Argumento
fáctico: No porque nadie ha conseguido llevar eso a buen término
En
las formas de argumentación, se puede utilizar sea la intención de una
proposición, sea las consecuencias de esta proposición, sea conceptos
abstractos, ejemplos, o bien principios generales. Esto no pretende agotar
la
extensión de las formas: se trata solo de mostrar la pluralidad.
Mostramos
algunos breves ejemplos de estas figuras. (Estos argumentos son a veces
incompletos ya que sirven únicamente para mostrar el registro argumentativo)
Pregunta:
¿Deberías emprender tal acción?
Argumento
relativo a la intención: Si, porque el fin de esta acción es muy noble.
Argumento
relativo a las consecuencias: Si, porque una tal acción mejorara la manera de
funcionar del grupo.
Argumento
a base de conceptos abstractos: Sí, ya que esa acción implica generosidad.
Argumento
utilizando ejemplos: Sí, ya que se observa la necesidad de esta acción en el
dominio político.
Argumento
a base de principios generales: Sí, porque todo aquello que sirve para cambiar
las cosas es bueno en sí mismo.
Otro
punto que plantea problemas en la estructura de un argumento: los conectores.
Como ya hemos propuesto anteriormente, la existencia de un argumento debe
inscribirse en esta forma general: problema, posicionamiento, argumento. De
manera general, el vínculo entre el posicionamiento y el argumento, entre la
respuesta propiamente dicha y el argumento, se establece con un conector.
El
más común es el « porque », y también el « ya que ». Ambos indican un vínculo
lógico de causalidad, puesto que el argumento conlleva teóricamente el
posicionamiento que viene a sustentar. La forma general queda así: “a causa de
esto” “pasa esto”. No obstante, otras formas estructurales son posibles en la
medida en que son reductibles a la que acabamos de enunciar. Por ejemplo la
inversión sintáctica: argumento primero y después posicionamiento, que sería
introducida por ejemplo por el término “como”. Otros conectores son posibles,
que implícitamente pueden expresar el “porque”: la coma es un ejemplo, hay
otros, a veces un poco alambicados, que habrá que descifrar para clarificar el
enunciado.
El
“sino” constituye un caso interesante: utiliza la evitación o la negación como
herramienta de argumentación: la razón de ser de la idea o del acto es la
amenaza de lo que pasaría si esa idea o ese acto no tuvieran lugar.
Tenemos
que hacer una mención particular a propósito de un argumento que plantea a
menudo problema: el argumento condicional. Lo reconoceremos por ejemplo en la
utilización de los conectores siguientes.
“Cuando”,
“a condición de”, “en cuanto”, “si”, etc. Es hipotético y no categórico. Es un
argumento que es válido en ciertas circunstancias, únicamente en ciertos casos,
lo que no le priva nada de su status de argumento, puesto que viene a sostener
una posición, sea condicional o hipotética. La condición participa de la causa
de la decisión, o determina la causa de la decisión.
Ejemplo:
¿Es
bueno o malo para un niño desobedecer a los adultos?
-
Está bien cuando es una orden contraria a la moral o a la razón.
La
argumentación da a la vez el marco o la condición del “porqué está bien
desobedecer”, y ese marco/condición coincide con la razón de desobedecer. Bien
entendido, la condición enunciada en el argumento deberá respetar los datos del
problema, a fin de no resultar un argumento contradictorio.
De
la misma manera, deberá no ser demasiado excepcional o extraordinario, a fin de
no resultar un argumento débil o una hipótesis gratuita. El argumento de “el
hombre totalmente solo en una isla desierta” es el gran clásico de este tipo de
argumento o de condición, pero nadie ha visto nunca a ese individuo, si no es
en su imaginación. Incluso Robinson Crusoe se topó con Viernes…
III.
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN
Para este apartado se consideran dos
evidencias de Aprendizaje que evaluarán el aprovechamiento real del alumno: La
resolución eficaz del cuestionario y el desarrollo de un ensayo crítico que
contemple, bajo las propias palabras del alumno, los conceptos fundamentales de
los discursos filosóficos. Para ambas actividades se propone asignar una fecha
de entrega considerando que los alumnos tengan el tiempo suficiente para
desarrollar los temas, reflexionarlos, analizarlos y comprenderlos.
CUESTIONARIO:
Instrucciones. Apoyándote en la
lectura anterior responde argumentando con claridad las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es la finalidad de todo
discurso filosófico?
2. ¿Cuál es la diferencia entre un
argumento filosófico con relación a cualquier otra forma de argumento retórico?
3. ¿Cuáles son los principales
elementos que se pueden identificar y que caracterizan al discurso elaborado
por un filósofo?
4. Al hablar de la necesidad de un
aspecto crítico por parte del filósofo ¿Qué es lo que se está entendiendo realmente?
(Recuerda que una persona crítica y una persona criticona tienen distintas
finalidades).
5. ¿Qué criterios pueden considerarse
para evaluar la validez de un argumento filosófico?
6. ¿Qué posibilita la necesidad de
fundamentar a través de un discurso filosófico?
7. ¿Cómo es posible reconocer cuando
un discurso carece de verdaderos argumentos para sostener una idea?
8. ¿Qué participación tienen la verdad
y la razón en la elaboración de discursos filosóficos?
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Se
propone la siguiente tabla de cotejo para calificar los productos designados
para este apartado temático.
Criterios de
Evaluación
|
Productos a
Evaluar.
|
|
Cuestionario
|
Ensayo Crítico
|
|
Excelente
|
-
Da solución eficiente y competente a todas las preguntas.
-
Tiene manejo eficiente de los conceptos principales.
-
Participa en clase apoyándose de las respuestas de su
cuestionario
-
Las respuestas de su cuestionario reflejan la comprensión de la
lectura.
|
-
El ensayo cuenta con una extensión mínima de 5 cuartillas
-
Se aborda una problemática específica
-
Las ideas expuestas son coherentes y consecutivas
-
Hay manejo de argumentos.
|
Bueno
|
-
Da solución a todas las preguntas, pero algunas carecen de
eficacia.
-
Tiene manejo eficiente de los conceptos principales.
-
No participa.
-
Un gran número de las respuestas de su cuestionario reflejan que
no comprendió adecuadamente la lectura.
|
-
El ensayo difícilmente alcanza las 5 cuartillas.
-
La problemática abordada no es clara
-
Las ideas expuestas son coherentes pero a veces un tanto
revueltas.
-
Poco manejo de argumentos.
|
Suficiente
|
-
Faltan algunas preguntas por responder
-
Tiene un manejo adecuado de los conceptos principales.
-
No participa.
-
No comprendió gran parte de la lectura.
|
-
El ensayo no cuenta con las cuartillas asignadas.
-
La problemática abordada no es clara.
-
Las ideas expuestas son confusas.
-
Poco manejo de argumentos.
|
No Suficiente.
|
-
No resolvió el cuestionario
-
No maneja los conceptos principales
-
No participa
-
No comprende la lectura porque no la realizó.
|
-
El ensayo es de dos hojas o menos.
-
No hay una problemática.
-
Las ideas expuestas no son claras y parece que no llevan a
ninguna parte.
-
No hay argumentos.
|
I. TEMÁTICA:
PRINCIPIOS LÓGICO-ONTOLÓGICOS DE LA ARGUMENTACIÓN: IDENTIDAD Y NO CONTRADICCIÓN
PROPÓSITO:
Que el
estudiante reconozca los principios que rigen toda argumentación y que se
plantean como principios evidentes y necesarios para evitar el error en el
razonamiento.
INTRODUCCIÓN:
El
docente iniciará la sesión exponiendo los principios lógico-ontológicos de la
argumentación, proporcionando ejemplos que esclarezcan su significado e
importancia.
DESARROLLO:
Apoyándose
en el diálogo de Platón el alumno identificará los principios lógicos:
identidad y no contradicción, el docente expondrá los principios
lógico-ontológicos de la argumentación. Una vez expuestas los conceptos, el
docente proporcionará ejercicios relacionados con el tema que los estudiantes
resolverán.
II.
MATERIAL DIDÁCTICO
Lee unas
páginas del Diálogo de Platón llamado Fedro, donde encontraras el problema de
la identidad y no contradicción.
En el párrafo 257b6-279c8, Patón
aborda el tema de los “Discursos escrito o de poner en letra a las
palabras” (257d), las cuales sirven para convencer al auditorio, y además se
debe dejar por escrito para la permanencia del discurso. Sócrates no
cuestionará el poner por escrito las palabras, sino que considera vergonzoso
“es el no hablar ni escribir bien, sino mal y con torpeza” (258d), al no conocer la ousía o sustancia de las cosas de lo que se está deliberando, de
aquí importancia del “discurso bueno” que puede ser hablado o escrito (258e),
puesto que el pensamiento debe partir de conocer la verdad de lo que se va a
hablar, por ello es importante el filosofar (261a).
Por lo antes dicho aquel que no conoce la ousía de las cosas, y utiliza las palabras ignorando la verdad, se
va a encontrar con opiniones sin sustento (262c). Así, a los retóricos le es
conveniente retomar opiniones diversas, para poder engañarnos o persuadirnos
con sus discursos (263b), ya que lo importante, para ellos, es lo verosímil y
no lo verdadero (267a).
Recuerda que:
·
El Principio de
identidad se establece que es, es. Si
un objeto o enunciado han quedado establecidos o enunciados, entonces por
necesidad se debe respetar esta enunciación[1].
·
El Principio de
no contradicción nos dice que una
cosa no puede ser dos cosas a la vez[2].
LECTURA:
FEDRO
Platón[3]
FEDRO: ¿Qué beneficio es ese? Me parece que nunca he oído hablar de
él.
SÓCRATES: No parece bien que un amigo de las musas ignore estas cosas.
Dícese que las cigarras eran hombres antes del nacimiento de las musas. Cuando
estas nacieron y el canto con ellas, hubo hombres, que de tal manera se
arrebataron al oír sus acentos, que la pasión de cantar les hizo olvidar la de
comer, y beber, y pasaron de la vida á la muerte, sin apercibirse de ello. De
estos hombres nacieron las cigarras, y las musas les concedieron el privilegio
de no tener necesidad de ningún alimento, sino que, desde que nacen hasta que
mueren, cantan sin comer ni beber; y además de esto van á anunciar á las musas,
cuál es, entre los mortales, el que rinde homenaje á cada una de ellas. Así es
que, haciendo conocer á Terpsícore los que la honran en los coros, hacen que
esta divinidad sea más propicia á sus favorecidos. A Erato dan cuenta de los
nombres de los que cultivan la poesía erótica; y á las otras musas hacen
conocer los que las conceden la especie de culto que conviene á los atributos
de cada una; á Caliope, que es la de mayor edad, y á Urania, la de menor, dan á
conocer á los que dedicados á la filosofía cultivan las artes que les están
consagradas. Estas dos musas, que presiden á los movimientos de los cuerpos
celestes y á los discursos de los dioses y de los hombres, son aquellas cuyos
cantos son melodiosos. Hé aquí materia para hablar y no dormir en esta hora del
día.
FEDRO: Piles bien, hablemos.
SÓCRATES: Nos propusimos antes examinar lo que constituye un bueno o
mal discurso, escrito o improvisado. Comencemos este examen, si gustas.
FEDRO: Muy bien.
SÓCRATES: ¿No es necesario para hablar bien conocer la verdad sobre
aquello de que se intenta tratar?
FEDRO: He oído decir con este motivo, mi querido Sócrates, que el que
ha de ser orador no necesita saber lo que es verdaderamente justo, sino lo que
parece tal á la multitud encargada de decidir; ni tampoco lo que es
verdaderamente bueno y bello, sino lo que tiene las apariencias de la bondad y
de la belleza. Porque es la verosimilitud, no la verdad, la que produce la
convicción.
SÓCRATES: No hay que desecharlas palabras de los sabios (1), mi
querido Fedro, pero también es preciso examinar lo que ellas significan. Y lo
que acabas de decir debe llamar toda nuestra atención.
FEDRO: Tienes razón.
SÓCRATES: Procedamos de esta manera.
FEDRO: Veamos.
SÓCRATES: Si yo te aconsejase que compraras un caballo para servirte
de él en los combates, y ni tú ni yo hubiéramos visto caballos, pero supiese
yo, que Fedro llama caballo al que mejor oído tiene entre los animales
domésticos...
FEDRO: Quieres reírte, Sócrates.
SÓCRATES: Aguarda. La cosa seria mucho más ridícula, si, queriendo
persuadirte seriamente, compusiese un discurso, en el que hiciese el elogio del
asno, dándole el nombre de caballo, y si dijese que es un animal muy útil para
la casa y para el ejército, que puede cualquiera defenderse montado en él, y
que es muy cómodo para la conducción de efectos y bagajes.
FEDRO: Sí, eso seria el colmo del ridículo.
SÓCRATES: Pero ¿no vale más ser ridículo, pero inofensivo, que
peligroso y dañino ?
FEÜRO: Sin duda.
SÓCRATES: Cuando un orador, ignorando la naturaleza del bien y del
mal, encuentra á sus conciudadanos en la misma ignorancia , y les persuade, no
á tomar por caballo la sombra de un asno (1), sino el mal por el bien; cuando,
apoyado en el conocimiento que tiene de las preocupaciones de la multitud, la
arrastra por malas sendas, ¿qué frutos podrá recoger la retórica de lo que haya
sembrado?
FEDRO: Frutos bien malos.
SÓCRATES: Pero quizá, mi querido amigo, hemos tratado el arte oratorio
con poco respeto, y quizá nos podría responder que de nada sirven todos
nuestros razonamientos, que él no fuerza á nadie á aprender á hablar, sin
conocer la naturaleza de la verdad, pero que si se le da crédito, es conveniente
conocerla antes de recibir sus lecciones, si bien no duda en proclamar muy alto
que, sin sus lecciones de bien hablar, de nada sirve el conocimiento de la
verdad para persuadir.
FEDRO: Y ¿no tendría razón para hablar así?
SÓCRATES: Yo convendría en ello si las voces que se, Ievantan por
todas partes, confesasen que la retórica es un arte. Pero se me figura oír a
algunos que protestan en contra y que afirman que no es un arte, sino un
pasatiempo y una rutina frívola. «No hay, dice Lacomano, verdadero arte de la
palabra, fuera de la posesión de la verdad, ni lo habrá jamás.»
FEDRO: También yo oigo esos rumores, mi querido Sócrates. Haz
comparecer estos adversarios de la retórica , y veamos lo que dicen.
SÓCRATES: Venid, apreciables jóvenes, cerca de mi querido Pedro, padre
de los demás jóvenes que se os parecen; venid a persuadirle de que, sin conocer
á fondo la filosofía, nunca será capaz de hablar bien sobre ningún objeto. Que
Fedro os responda.
FEDRO: Interrogad.
SÓCRATES. En general, la retórica ¿no es el arte de conducir las almas
por la palabra, no sólo en los tribunales y en otras asambleas públicas, sino
también en las reuniones particulares, ya se trate de asuntos ligeros, ya de
grandes intereses? ¿No es esto lo que se dice?
FEDRO: No, ¡por Júpiter I no es precisamente eso; el arte de hablar y
de escribir sirve, sobre todo, en las defensas del foro, y también en las
arengas políticas. Pero no he oído que se extienda á más.
SÓCRATES: Tú no conoces más que los tratados de retórica de Néstor y
de Ulises, que compusieron en momentos de ocio durante el sitio de Ilion.
¿Nunca has oído hablar de la retórica de Palámedes?
FEDRO: No, ¡por Júpiter! ni tampoco las retóricas de Néstor y Ulises,
á menos que tu Néstor sea Gorgias, y tu Ulises Trasimaco o Teodoro.
SÓCRATES: Quizá, pero dejémoslos. Dime, en los tribunales, ¿qué hacen
los adversarios? ¿No sostienen el pro y el contra? ¿Qué dices a esto?
FEDRO: Nada más cierto.
SÓCRATES: ¿Pelean y abogan por lo justo y lo injusto?
FEDRO: Sin duda.
SÓCRATES: Por consiguiente, el que sabe hacer esto con arte hará
parecer la misma cosa y á las mismas personas justa o injusta , según él
quiera.
FEDRO: ¿Y qué?
SÓCRATES: Y cuando hable al pueblo, sus conciudadanos juzgarán las
mismas cosas ventajosas ó funestas á gusto de su elocuencia.
FEDRO: Sí.
SÓCRATES: No sabemos que el Palámedes de Elea (1) hablaba con tanto
arte, que presentaba á sus oyentes las mismas cosas semejantes y desemejantes,
simples y múltiples, en reposo y en movimiento?
FEDRO: Ya lo sé.
SÓCRATES: El arte de sostener las proposiciones contradictorias no es
sólo del dominio de los tribunales y de las asambleas populares, sino que, al
parecer, si hay un arte que tiene por objeto el perfeccionamiento de la
palabra, abraza toda clase de discursos, y hace capaz al hombre para confundir
siempre todo lo que puede ser confundido, y de distinguir todo lo que el
adversario intenta confundir y oscurecer.
FEDRO: ¿Cómo lo entiendes tú?
SÓCRATES: Creo que la cuestión se ilustrará si tú sigues este
razonamiento. ¿Se producirá más fácilmente esta ilusión en las cosas muy
diferentes ó en las que se diferencian muy poco?
FEDRO: En estas últimas, evidentemente.
SÓCRATES: Si mudas de lugar y quieres hacerlo sin que se aperciban de
ello, ¿deberás desviarte poco á poco ó alejarte a paso largo?
FEDRO: La respuesta no es dudosa.
SÓCRATES: El que se propone engañar á los demás, sin tenerse él mismo
por engañado, ¿será capaz de reconocer exactamente las semejanzas y diferencias
de las cosas?
FEDRO: Es de toda necesidad que las reconozca.
SÓCRATES: ¿Pero es posible, cuando se ignora la verdadera naturaleza
de cada cosa, reconocer lo que en las otras cosas se parece poco ó mucho a
aquella que se ignora?
FEDRO: Eso es imposible.
SÓCRATES: ¿No es evidente que toda opinión falsa procede sólo de
ciertas semejanzas que existen entre los objetos?
FEDRO: Seguramente.
SÓCRATES: Y que no se puede poseer el arte de hacer pasar poco apoco á
sus oyentes de semejanza en semejanza, de la verdadera naturaleza de las cosas
á su contraria, evitando por su propia cuenta semejante error, si no se sabe a
que atenerse sobre la esencia de cada cosa?
FEDRO: Eso no puede ser.
SÓCRATES: Por consiguiente, el que pretende poseer el arte de la
palabra sin conocer la verdad, y se va ocupado tan sólo de opiniones, toma por
un arte lo que no es más que una sombra risible.
FEDRO: Gran riesgo corre de ser así.
SÓCRATES: En el discurso de Lisias, que tienes en la mano, y en los
que nosotros hemos pronunciado, ¿quieres ver qué diferencia hacemos entre el
arte y lo que sólo tiene la apariencia de tal?
FEDRO: Con mucho gusto, tanto más cuanto que nuestros razonamientos
tienen algo de vago, no apoyándose en algún ejemplo positivo.
SÓCRATES: En verdad es una fortuna la casualidad de haber pronunciado
dos discursos muy acomodados para probar que el que posee la verdad puede,
mediante el juego de palabras, deslumbrar a sus oyentes. Yo, mí querido Fedro,
no dudo en achacarlos á las divinidades que habitan estos sitios; quizá también
los cantores inspirados por las musas (1) que habitan por cima de nuestras
cabezas, nos han comunicado su inspiración; porque he sido siempre
absolutamente extraño al arte oratorio.
FEDRO: Pase, puesto que te place decirlo; pero pasemos al examen de
los dos discursos.
SÓCRATES: Lee el principio del discurso de Lisias.
FEDRO: «Conoces todos mis sentimientos, y sabes que miro la»
realización de mis deseos como provechosa á ambos. No «seria justo rechazar mis
votos, porque no soy tu amante.» Porque los amantes desde el momento en que se
ven satisfechos...
SÓCRATES: Detente. Es preciso examinar en qué se engaña Lisias y en qué
carece de arte; ¿no es cierto?
FEDRO: Sí.
SÓCRATES: ¿No es cierto que estamos siempre de acuerdo sobre ciertas
cosas, y que sobre otras estamos siempre discutiendo?
FEDRO: Creo comprender lo que dices, pero explícamelo más claramente.
SÓCRATES: Por ejemplo, cuando delante de nosotros se pronuncian las
palabras hierro ó plata, ¿no tenemos todos la misma idea?
FEDRO: Sin duda.
SÓCRATES: Pero que se nos hable de lo justo y de lo injusto y estas
palabras despiertan ideas diferentes, y nos ponemos en el momento en desacuerdo
coa los demás y con nosotros mismos.
FEDRO: Seguramente.
SÓCRATES: Luego hay cosas sobre las que todo el mundo conviene, y
otras sobre las que todo el mundo disputa.
FEDRO: Es cierto.
SÓCRATES: ¿Cuáles son las materias en que más fácilmente podemos
extraviarnos, y en las que la retórica tiene la mayor influencia?
FEDRO: Evidentemente en las cosas inciertas y dudosas.
SÓCRATES: El que se propone abordar el arte oratorio, deberá haber
hecho antes metódicamente esta distinción, y haber aprendido a distinguir,
según sus caracteres diferentes, las cosas sobre las que fluctúa naturalmente
la opinión del vulgo, y sobre las que la duda es imposible.
FEDRO: El que sepa hacer esta distinción será un hombre hábil.
SÓCRATES: Hecho esto, yo creo que antes de tratar un objeto
particular, debe ver con ojo penetrante, y evitando toda confusión, á qué
especie pertenece este objeto.
FEDRO: Sin dada.
SÓCRATES: Y el amor ¿es de las cosas sujetas á disputa o no?
FEDRO: Es de las cosas disputables, seguramente. De no ser así, ¿
hubieras podido hablar como hablaste, sosteniendo tan pronto que el amor es un
mal para el amante y para el objeto amado, como que es el más grande de los
bienes?
SÓCRATES: Perfectamente. Pero dime (porque en el furor divino que me
poseía he perdido el recuerdo) ¿comencé mi discurso definiendo el amor?
FEBRO. ¡Por Júpiter! sí; no pudo ser mejor la definición.
SÓCRATES: ¿Qué dices? las ninfas hijas de Aqueloo y Pan, hijo de
Hermes (1) ¿son más hábiles en el arte de la palabra que Lisias, hijo de
Céfalo? Ó bien yo me engaño, y Lisias, comenzando su discurso sobre el amor,
nos ha precisado a aceptar una definición, á la que ha referido todo el
trabazón de su discurso y la conclusión misma? ¿Quieres que volvamos á leer el
principio?
FEDRO: Como quieras. Sin embargo, lo que buscas no se halla allí.
SÓCRATES: Lee sin parar. Quiero oírle no obstante.
FEDRO: Conoces todos mis sentimientos, y sabes que miro)) la
realización de mis deseos como provechosa á ambos. No seria justo rechazar mis
votos, porque no soy tu «amante. Porque los amantes, «penas se ven satisfechos,
«cuando sienten ya todo lo que han hecho por el objeto de su pasión. »
SÓCRATES: Estamos muy distantes de encontrar lo que buscábamos. No
comienza por el principio, sino por el fin, como un hombre que nada de espaldas
contra la corriente. El amante, que se dirige a la persona que ama, ¿no
comienza por dónde deberla concluir, ó me engaño yo, Fedro, mi muy querido
amigo?
FEDRO: Ten presente, Sócrates, que no ha querido hacer más que el
final de un discurso.
SÓCRATES: Sea así; pero no ves que sus ideas aparecen hacinadas
confusamente? Lo que dice en segundo lugar ¿debe estar en el punto que ocupa, ó
más bien en otro lugar de su discurso? Yo, si bien confieso mi ignorancia,
creo, que el autor, muy á la ligera, ha arrojado sobre el papel cuanto le ha
venido al espíritu. ¿Pero tú has descubierto, en su composición, un plan, según
el que ha debido disponer todas las partes en el orden en que se encuentran?
FEDRO: Me haces demasiado favor al creerme en estado de penetrar todos
los artificios de la elocuencia de un Lisias.
SÓCRATES: Por lo menos me concederás, que todo discurso debe, como un
ser vivo, tener un cuerpo que le sea propio, cabeza y pies y medio y extremos
exactamente proporcionados entre sí y en exacta relación con el conjunto.
III.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
A partir del fragmento anterior del diálogo Fedro, identifica los argumentos que referencian al principio de
identidad y de no contradicción, y realiza un cuadro comparativo donde muestres
sus diferencias y similitudes.
Asimismo da ejemplos de tu vida cotidiana donde te hayas encontrado con
este tipo principios y comenta con tus compañeros, compañeras y profesor en el
salón de clases
COLGIO DE BACHILLERES PLANTEL
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GRUPO:
|
TURNO:
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ALUMNO
(A):
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NOMBRE
DEL PROFESOR:
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Argumento.
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Ejemplos
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PRINCIPIO DE
IDENTIDAD
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Semejanzas
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Diferencias
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PRINCIPIO DE NO
CONTRADICCIÓN
|
|
|
Semejanzas
|
||
Diferencias
|
I. TEMÁTICA:
ESTRUCTURA DEL ARGUMENTO Y DISCURSO ARGUMENTATIVO
PROPÓSITO:
Que el estudiante conozca los
elementos del argumento y los principales tipos, para reconocerlos claramente en un discurso.
INTRODUCCIÓN:
El docente pedirá a algunos
estudiante(s) que expresen su opinión sobre algún tema en particular para poner
en juego su disposición argumentativa. Esto con la finalidad de identificar
algunas fallas en la estructura de la argumentación y con la intención de
socializar la cuestión.
DESARROLLO:
El docente explicará en el pizarrón la
estructura del argumento por medio de algunos ejemplos, cambiando el orden de
premisas y conclusión de los mismos ejemplos, y resaltará con marcador rojo los
indicadores tanto de premisas como de la conclusión.
II.
MATERIAL
DIDÁCTICO: LECTURAS
Estructura
del argumento:
Métodos
de Investigación II
Cariño
Preciado Susana; México, Limusa, 2003,
p. 23.
El argumento es la expresión
lingüística que se emplea para expresar un razonamiento, mismo que tiene la
característica de producto racional.
El argumento se expresa
lingüísticamente mediante premisas, de las que se obtiene una
conclusión. Así se razona: relacionando proposiciones y desprendiendo de ellas
conclusiones. Argumentar significa partir de premisas, que son proposiciones
relacionadas entre sí por determinados principios que conducen a la implicación o inferencia de otra
proposición que se llama conclusión,
que es consecuencia o derivación lógica
de las premisas.
Por implicación, en el terreno de la
Lógica se entiende aquella operación racional en la cual del antecedente (las
premisas) se infiere el consecuente (la conclusión), de modo que el antecedente
(premisas) no puede ser verdadero y el consecuente (conclusión) falso.
El argumento constituye una secuencia
entre proposiciones de las que se deriva u obtiene una conclusión. Por
ejemplo:”Cuando llueve, las plantas crecen; ayer llovió, por lo tanto, las
plantas crecerán”. La conclusión, volvemos a repetir, puede identificarse
porque se escribe después de frases como “por
lo tanto...”, “de donde se sigue que...”,
“luego...”. Las proposiciones que se
escriben antes de expresiones son la o
las premisas.
Las proposiciones pueden ser
verdaderas o falsas. El argumento, en cambio, es válido o no válido, correcto o
incorrecto, según la forma en que esté construido.
El argumento tiene la forma de una
proposición condicional, que puede esquematizarse con el uso de la tabla de
verdad de la conectiva condicional. Por
“p” entenderemos que son las premisas que están antes del símbolo de la
condicional; por “q”, que es la conclusión. El símbolo de la condicional (→)
será el valor de la conclusión, es decir: V
para argumento válido y F si el
argumento es no válido:
p=premisas
q=conclusión
Discurso
argumentativo:
“Tópicos”
Aristóteles.
Tratados de lógica (Órganon) I
Madrid,
Gredos, 1982, pp. 100ª-102ª
LIBRO I
GENERALIDADES
SOBRE LOS MÉTODOS
DE LA
DIALÉCTICA
1.
Objeto
del tratado
El
propósito de este estudio es encontrar un método a partir del cual podamos
razonar sobre todo problema que se nos proponga, a partir de las cosas
plausibles y gracias al cual, si nosotros mismos sostenemos el que parte de las
cosas que parecen plausibles pero no lo son, y también el que, pareciendo un
razonamiento (y no siéndolo), parte de las cosas plausibles o de las que lo
parecen; en efecto no todo lo que parece plausible lo es realmente. Pues
ninguna de las cosas plausibles se manifiesta plenamente a primera vista, como,
por ejemplo, viene a suceder en lo tocante a lso principios de lso enunciados
erísticos: en efecto, la naturaleza de
lo falso que hay en ellos se hace evidente al instante y casi siempre para los
son capaces de captar también los pequeños detalles. Así, pues , al primero de
los razonamientos erísticos mencionados, llamémosle también razonamiento (sin más), al otro, en
cambio, razonamiento erístico, pero
no razonamiento, puesto que parece
funcionar como razonamiento, pero no lo hace en realidad.
Además de todos
los razonamientos mencionados, están los razonamientos derivados, que surgen a partir de las cuestiones concernientes
exclusivamente a algunos conocimientos,
por ejemplo en el caso de la geometría y otros conocimientos emparentados con
ésta. En efecto, este tipo parece diferir de los razonamientos mencionados;
pues el que hace figuras falsas no
razona a partir de cosas verdaderas y primordiales, ni de cosas plausibles (en
efecto, no cae bajo la definición de éstas: pues ni toma lo que parece bien a
todos, ni a la mayoría, ni a los más reputados), sino que construye el
razonamiento a partir de supuestos que, aunque característicos del conocimiento
en cuestión, no son verdaderos. En efecto, construye el razonamiento desviado,
bien sea trazado de forma indebida los semicírculos o bien no tirando ciertas
líneas como deberían ser tiradas.
Éstas son,
pues, en resumidas cuentas, los especies de razonamientos. Hablando en general,
éstas son todas las distinciones que podemos hacer acerca de todas las cosas
mencionadas y las que se mencionarán, pues no nos proponemos dar una
explicación exhaustiva de ninguna de ellas, por tanto al contrario, queremos
discurrir en torno a ellas sumariamente, al estimar que es más que suficiente,
de acuerdo al método preestablecido, poder conocer, de alguna manera, cada una
de ellas.
2.
Utilidad
de la dialéctica
A
continuación, se podría decir para cuantas y cuáles cosas es útil este estudio.
Y lo es para tres cosas: para ejercitarse para las conversaciones y para los conocimientos
en filosofía. Pues bien de que es útil para ejercitarse resulta claro por sí
mismo: en efecto, teniendo un método. Podremos habérnoslas más fácilmente con
lo que sea propuesto: para las conversaciones, porque, habiendo inventariado
las opiniones de la mayoría, discutiremos con ellos, no a partir de pares
ajenos, sino de los suyos propios, forzándoles a modificar aquello que nos parezca que no enuncian bien;
para los conocimientos en filosofía, porqué, pudiendo desarrollar una
dificultad en ambos sentidos, discerniremos más fácilmente lo verdadero y lo
falso en cada cosa. Pero es que además es útil para las cuestiones primordiales
propias de cada conocimiento. En efecto, a partir de lo exclusivo de los
principios internos al conocimiento en cuestión, es imposible decir nada sobre
ellos mismos, puesto que los principios son primeros con respecto a todas las
cosas, y por ello es necesario discurrir en torno a ellos a través de las cosas
plausibles concernientes a cada uno de
ellos. Ahora bien, esto es propio o
exclusivo de la dialéctica; en efecto, al ser adecuado para examinar (cualquier
cosa), abre camino a los principios de todos los métodos.
3.
Objetivo
a alcanzar
Poseeremos
perfectamente el método cuando lo dominemos de forma semejante a como la
retórica, la medicina y las capacidades de este tipo: esto es lo que nos
proponemos hacer en la medida de lo posible; pues ni el retórico convencerá ni
el médico curará de cualquier modo, sino que, sólo en caso de que no descuiden
ninguna de sus posibilidades, diremos que poseen adecuadamente su ciencia.
4.
Elementos
fundamentales del método dialéctico
Primeramente,
pues, hay que considerar en que cosas constituye el método. Si pudiéramos
hacernos cargo a cuántas y cuáles cosas se refieren y de que constan los
enunciados, así como el modo de disponer sin restricción de ellas, cumpliríamos
adecuadamente el programa establecido.
Son
iguales en número e idénticas las coas de las que constan los argumentos y
aquellas de las que versan los razonamientos. En efecto, los argumentos surgen
de las proposiciones: aquello sobre lo que versan los razonamientos son los
problema, ahora bien, toda proposición y
todo problema indican, bien un género,
bien un propio, bien un accidente (pues también la diferencia, l
ser genérica, ha de ser colocada en el mismo lugar que el género); v. va que
entre lo propio no hay que signifique el qué
es ser y lo hay que no, se ha de dividir lo propio en las dos partes
antedichas, y a ua se le llamará definición
que significa qué es ser, y a la
otra, de acuerdo con la designación dada en común a amabas, se le llamará propio. Así, pues, es evidente, a partir de lo dicho, por qué,
de acuerdo con la presente división, todo viene a reducirse a cuatro cosas: propio, definición, género y accidente. Pero
nadie suponga que nosotros decimos que cada una de estas cosas, enunciada por
sí misma, es una proposición o un problema, sino que, a partir de ellas, surgen
las proposiciones y los problemas. Ahora bien, el problema y la definición
difieren en el modo. Así. En efecto, al
decir: ¿Acaso “animal pedestre bípedo” es
la definición de hombre? y ¿Acaso “animal” es el género del hombre?, se
forma una proposición; en cambio, si se dice: El animal pedestre bípedo ¿es definición de hombre o no?, se forma
un problema; y de manera semejante en los demás casos. De modo que, con toda
verosimilitud, los problemas y las
proposiciones son iguales en número e idénticos: pues de toda proposición
podrás hacer un problema cambiándola de modo.
III.
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN
A partir
de las lecturas realizadas, el docente solicita que de las siguientes
estructuras argumentativas los alumnos identifiquen a qué tipo de argumentos se
refieren, identificando para ello las premisas y las conclusiones. Se propone
la consiguiente lista de cotejo como instrumento de evaluación de la actividad.
1) Todos
los seres vivos, ¡oh Sócrates!, deben morir algún día; y puesto que yo soy un
ser vivo, también habré algún día de morir
2) Si
Esparta era una democracia y ninguna democracia tiene reyes, se sigue que en
Esparta no había rey
3) Jorge
emplea apenas un rato en la preparación de sus clases, porque es un profesor
experimentado. Y los profesores experimentados utilizan poco tiempo en la
preparación de sus clases.
4) Cuando
las personas atraviesan los cincuenta, esto no significa que su vida emocional
se haya convertido en algo inactivo o simplemente que haya desaparecido. Los
sentimientos románticos pueden gobernar nuestra vida hasta que seamos muy
viejos. ¿No lo hizo así Picasso al final de su vida escribiendo espléndidas
cartas de amor a su joven amante o no lo hizo a Richard Strauss al crear sus
canciones líricas más importantes cuando había pasado ya los ochenta?
5) Lidia
debe tener la vista debilitada porque siempre lee con una luz mortecina. Y leer
con una luz mortecina debilita la vista
6) Una
característica de los seres vivos es que estos se reproducen, las bacterias
tienen una tasa de reproducción muy alta, lo que me lleva a suponer que son
organismos
7) El
movimiento contestatario de los estudiantes de los años 60 estuvo destinado al
fracaso, porque la Revolución Francesa también fracasó, y el movimiento
contestatario de los estudiantes de los años 60 es como la Revolución Francesa
8) Todos
los franceses son europeos y todos los parisienses son franceses, de ello se
sigue que todos los parisienses son europeos
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Aspecto a evaluar
|
Sí
cumple
|
No
cumple
|
1. Relaciona los contenidos de las lecturas con el ejercicio
|
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|
2. Identifica claramente los tipos de argumentos
|
|
|
3.Reconoce correctamente los elementos del argumento y sus indicadores
|
|
|
4.Refleja una actitud de respeto y trabajo en equipo
|
|
|
BLOQUE II:
ARGUMENTACIÓN FILOSÓFICA EN PROCESOS DIALÓGICOS
I. TEMATICA: PROBLEMA Y DIÁLOGO
PROPÓSITO:
Que el estudiante evalué la
importancia de la argumentación en el diálogo en torno a una problemática, a
través del análisis de sus fines y características.
INTRODUCCIÓN:
Se propone utilizar un fragmento del
texto de Stephen E. Toulmin “Los usos de
la argumentación” ya que en esta obra se explica la relación que guarda
determinado tipo de argumentación con el campo específico donde se desarrolla.
De esta forma, las condiciones de dialogo y la estructura argumentativa que se
esgrima estarán en función del problema especifico del cual se trate.
DESARROLLO:
El docente explicará de manera general
la relación entre problema y diálogo, para después mediante la presentación de
una problemática, tratar de abordarla mediante distintos enfoques, dando pie a
distintos tipos de argumentación con la finalidad de enriquecer el análisis;
auxiliándose para ello de la lectura.
II.
MATERIAL DIDACTICO: LECTURA
Los usos de la argumentación
Toulmin,
S., Barcelona, Península, pp. 29-42.
I.
INSTRUMENTO
DE EVALUACIÓN
Después de leer identifica las
características de cada campo de argumentación y redáctalas en tu cuaderno,
revisa el problema central de la
problemática que se expone en el texto Principio de precaución, se formarán
equipos de cuatro alumnos en donde se entable un diálogo coordinado, y en donde
cada uno asuma un papel distinto, tratando de argumentar de acuerdo al agente
que le toque representar.
En este sentido, uno argumentará desde
la ciencia, otro desde el ámbito jurídico, el tercero desde la ética, y el
último, desde el interés empresarial, redactará un párrafo, que le servirá de
guía, donde especifique su postura, asimismo se escribirán las conclusiones por
equipo.
Principio
de precaución
Contra lo que se cree, la ciencia no
siempre proporciona respuestas tajantes, sobre todo en las fronteras del
conocimiento. Visualicemos el conocimiento científico como un círculo que va
creciendo a lo largo de la historia. En su centro está lo que sabemos con
certeza casi completa, como que la Tierra es esférica o que el ADN es una doble
hélice. Al alejarnos del centro del círculo encontramos conocimiento más
reciente que, aunque sólido, puede ser cuestionado. Las posibles causas del
cáncer o el significado de la teoría cuántica son dos ejemplos. Y en el
perímetro del círculo hallamos teorías que todavía están en discusión: los
expertos aún no han llegado a un consenso. Quizá queden dentro del círculo, o
quizá fuera.
A veces estas teorías en duda afectan
directamente al ser humano o al ambiente, como ocurre con la discusión sobre el
calentamiento global o la siembra de vegetales transgénicos.
Se cree que el actual aumento de la
temperatura atmosférica se debe a gases de efecto invernadero como el dióxido
de carbono, liberado por la actividad humana. Si es así, como estudios muy
numerosos indican, sería urgente dejar de producirlo. Pero el costo de
sustituir la tecnología basada en la quema de combustibles por otras fuentes de
energía sería inmenso. Y los vegetales transgénicos tienen el potencial de
aumentar la productividad alimentaria para combatir el hambre, pero podrían
contaminar los genes de cultivos tradicionales u causar un daño ecológico
difícil de predecir y controlar.
¿Qué decisión tomar, en casos así, si
ni los expertos se ponen de acuerdo? Desde hace algunos años se acepta que la
solución más adecuada es el llamado principio de precaución, que indica que si
hay razones para creer que una acción
pudiera causar daño público o ambiental, y no hay certeza científica de
que esto no ocurrirá, debemos abstenernos de realizar dicha acción.
Suena simple. Pero el balance de
costos y beneficios es complejo: someter a la economía global a una presión
adicional podría causar mucho daño innecesario. Y dejar de producir alimento
necesario ante un posible daño al ambiente puede ser no sólo un error, sino una
falta de ética.
Afortunadamente el círculo del
conocimiento sigue creciendo; las incertidumbres van dejando de serlo. Hoy
existe consenso casi total respecto al cambio climático: es claro que dejar de
emitir dióxido de carbono debe ser una prioridad para todos los países. El
asunto de los transgénicos no es todavía claro, pero sin duda, la discusión e
investigación continua ayudarán pronto a tomar la mayor decisión.
Fuente: Martín Bonfil Olivera.
“Principio de precaución”. En: ¿Cómo ves?
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Rubro
|
Excelente
|
Bueno
|
Suficiente
|
Tiene
coherencia lógica el diálogo.
|
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|
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Se
encuentran fundamentadas las opiniones o afirmaciones.
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Contiene
preguntas y respuestas que enriquecen la forma de pensar de ambos integrantes
del equipo.
|
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Se
usa un léxico nutrido.
|
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|
Se
formula un discurso que está fundamentado en principios que podemos tomar
como verdaderos.
|
|
|
|
I. TEMATICA: ARGUMENTACIÓN DEDUCTIVA, SU FINALIDAD Y
CARACTERÍSTICAS: LA DEMOSTRACIÓN, UNIVERSALIDAD, IMPLICACIÓN NECESARIA Y
VALIDEZ.
PROPÓSITO:
Que el estudiante evalúe distintas
formas de argumentación a través del análisis comparativo de sus fines y
características, para que las use en procesos dialógicos.
INTRODUCCIÓN:
Se propone utilizar dos fragmentos de
dos libros, uno es “El principito” y otro el “Lisis o de la Amistad”, con la
finalidad de ejemplificar a los estudiantes el argumento deductivo.
DESARROLLO:
El estudiante lee los textos y subraya
las ideas principales sobre la amistad, posteriormente organiza las premisas y
la conclusión de cada diálogo. Distingue en cada diálogo la demostración de
los argumentos: su universalidad, sus
implicaciones, y su validez. Además relaciona los argumentos sobre la amistad
con sus vivencias. Por último, debate con sus compañeros de clase, sus
justificaciones sobre consistencia lógica (si la hay), oral y escrito surgido
de la discusión, que se realizo en los grupos colaborativos.
II.
MATERIAL DIDACTICO: LECTURA
LECTURA
INTRODUCTORIA[1]
Considera lo siguiente….
Inferir deductivamente es un método de razonamiento en el cual la
certeza de las premisas garantiza la certeza de la conclusión. Esto es así pues
la conclusión ya reside implícita en las premisas, el argumento únicamente la
hace explícita. La conclusión no establece nada más allá de lo que establecen
sus premisas. Por ejemplo:
·
Si no hay azar en el ajedrez, entonces es un juego
de pura destreza.
·
No hay azar en el ajedrez.
·
Entonces, el
ajedrez es un juego de pura destreza.
Este caso consiste de una proposición condicional como premisa mayor
—la que aporta el predicado de la conclusión—, una premisa menor —la que
aporta el sujeto de la conclusión— y la proposición que representa la
conclusión. Por supuesto, si alguna de las premisas no es cierta,
automáticamente la conclusión tampoco lo es. Este método de argumentar es muy
útil cuando se cuenta con premisas muy sólidas, es decir, donde el sustento de
su veracidad es la correspondencia que mantiene con la realidad.
Una deducción también se obtiene al considerar una regla general y luego
derivar su aplicación a un caso particular. Si asumimos que, por regla general,
los perros guardianes ladran a los extraños, entonces el dueño de la casa
razona:
·
Si el visitante fuera un extraño, entonces el perro
guardián le habría ladrado.
·
El perro no ladró.
·
Entonces, el
visitante no es un extraño.
Por eso se dice que en los argumentos deductivos
pasamos de lo general a lo particular.
Los raciocinios anteriores son ejemplos de dos de las leyes de
implicación que estudia la Lógica formal —o de la forma o estructura del
razonamiento correcto o válido— llamadas modus ponens y modus tollens
—del latín ‘el modo de poner’ y ‘el modo de tomar’—, respectivamente. Hay otras
leyes de implicación para obtener razonamientos deductivos válidos, plenamente
identificadas. Otra de ellas es la ley de reducción al absurdo, la cual
se emplea para demostrar un argumento de forma indirecta, es decir, demostrando
que el argumento contradictorio es absurdo. Tiene los siguientes pasos:
1.
Enuncie la proposición que se desea demostrar
2.
Suponga que la proposición opuesta, la
contradicción, es cierta
3.
Argumente la conclusión a la que conduce la
proposición del paso anterior
4.
Aclare que la conclusión del paso anterior es
falsa, absurda, inaceptable
5.
Concluya que la proposición original del paso 1
debe ser cierta después de todo
Como ejemplo, el argumento que David Hume presentó en su debate con los
religiosos de su tiempo, su objetivo era demostrar que el mundo no tiene un
creador como lo tiene una casa:
Suponga que el mundo tiene un creador
de la manera en que una casa lo tiene. Ahora, cuando las casas no son
perfectas, sabemos a quién culpar: los carpinteros y albañiles que la crearon.
Pues el mundo tampoco es del todo perfecto. Por lo tanto, parecería inferirse
que el creador del mundo tampoco es perfecto. Pero usted considerará tal
conclusión como un absurdo. La única manera de evitar ese absurdo, sin embargo,
es rechazando la suposición que lo derivó. Por lo tanto, el mundo no tiene un
creador en la manera en que una casa lo tiene.
Lo mismo expresado en la forma de
deducción conocida como reducción al absurdo:
1. Enuncie la proposición que se desea demostrar:
|
El mundo no tiene un creador como lo tiene una casa
|
2. Suponga que la proposición opuesta, la contradicción, es cierta:
|
El mundo tiene un creador en la manera que lo tiene una casa
|
3. Argumente la conclusión a la que conduce la proposición del paso
anterior:
|
El creador del mundo es imperfecto, dado que el mundo es imperfecto
|
4. Aclare que la conclusión del paso anterior es falsa, absurda,
inaceptable:
|
Dios no puede ser imperfecto
|
5. Concluya que la proposición original del paso 1 debe ser cierta
después de todo:
|
El mundo no tiene un creador como lo tiene una casa
|
Un
atributo esencial de los argumentos deductivos es su certeza manifiesta, es
decir, la fuerza con la que están ligadas las premisas y la conclusión es
total, está o no está presente. Si las premisas son ciertas, la conclusión debe
ser cierta también. No hay brecha entre ellas. Es el atributo de la validez.
ANTOINE DE
SAINT - EXUPÉRY
EL PRINCIPITO[2]
XXI
Entonces
apareció el zorro:
—¡Buenos
días! —dijo el zorro.
—¡Buenos
días! —respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.
—Estoy
aquí, bajo el manzano —dijo la voz.
— ¿Quién
eres tú? —preguntó el principito—. ¡Qué bonito eres!
—Soy un
zorro —dijo el zorro.
—Ven a
jugar conmigo —le propuso el principito—, ¡estoy tan triste!
—No puedo
jugar contigo —dijo el zorro—, no estoy domesticado.
— ¡Ah,
perdón! —dijo el principito.
Pero
después de una breve reflexión, añadió:
— ¿Qué
significa "domesticar"?
—Tú no
eres de aquí —dijo el zorro— ¿qué buscas?
—Busco a
los hombres —le respondió el principito—. ¿Qué significa
"domesticar"?
—Los
hombres —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también
crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
—No —dijo
el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? —volvió a
preguntar el principito.
—Es una
cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos... "
— ¿Crear
vínculos?
—Efectivamente,
verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a
otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes
necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros
semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del
otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
—Comienzo
a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha
domesticado...
—Es
posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
— ¡Oh, no
es en la Tierra! —exclamó el principito.
El zorro
pareció intrigado:
— ¿En otro
planeta?
—Sí.
— ¿Hay
cazadores en ese planeta?
—No.
— ¡Qué
interesante! ¿Y gallinas?
—No.
—Nada es
perfecto —suspiró el zorro.
Y después
volviendo a su idea:
—Mi vida
es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas
se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco.
Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos
pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la
tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además,
¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el
trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me
pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso
cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti.
Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro
se calló y miró un buen rato al principito:
—Por
favor... domestícame —le dijo.
—Bien
quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar
amigos y conocer muchas cosas.
—Sólo se
conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no
tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no
hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres
un amigo, domestícame!
— ¿Qué
debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes
tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco
lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me
dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás
sentarte un poco más cerca...
El
principito volvió al día siguiente.
—Hubiera
sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por
ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso.
Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré
agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes
a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son
necesarios.
— ¿Qué es
un rito? —inquirió el principito.
—Es
también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no
se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores,
por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los
jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la
viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y
yo no tendría vacaciones.
De esta
manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la
partida:
— ¡Ah!
—Dijo el zorro—, lloraré.
—Tuya es
la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has
querido que te domestique...
—Ciertamente
—dijo el zorro.
— ¡Y vas a
llorar!, —dijo él principito.
— ¡Seguro!
—No ganas
nada.
—Gano
—dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.
Y luego
añadió:
—Vete a
ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a
decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El
principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
—No son
nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han
domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba
de otros cien mil zorros.
Pero yo le
hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas
se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy
bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las
vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes.
Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha
sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo
dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído
quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió
con el zorro.
—Adiós —le
dijo.
—Adiós
—dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el
corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
—Lo
esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
—Lo que
hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
—Es el
tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.
—Los
hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla.
Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de
tu rosa...
—Yo soy
responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo.
Platón
LISIS[3]
-¿Cómo, entonces, pueden los buenos, sin más,
ser amigos de los buenos, si vemos que, estando ausentes, no se echan de menos
-ya que son autosuficientes, estando separados- y, si están juntos, no sacan
provecho de ello? ¿Qué remedio poner para que tales personas lleguen a tenerse
mucha estima?
-Ninguno, dijo.
-Pero no serán amigos, si no llegan a
valorarse mucho mutuamente.
-Es verdad.
-¡Mira entonces, Lisis, adónde hemos ido a
parar! ¿Es que nos hemos extraviado totalmente?
-¿Cómo ha sido eso?, dijo.
-Alguna vez he oído a alguien que hablaba -y
ahora me acabo de acordar- de que lo semejante es lo más enemigo de lo
semejante, y lo mismo pasa con los buenos. Y se aducía el testimonio de
Hesíodo, cuando decía:
«El alfarero se irrita con el alfarero y el
recitador con el recitador // y el mendigo con el mendigo»[4].
Y en todos los otros casos decía que ocurría
lo mismo, y que resultaba necesario que los que más se asemejan entre sí están
llenos de envidia, de rivalidad, de odio, pero que los que menos se parecen, de
amistad[5].
Porque el pobre está obligado a ser amigo del
rico y el débil, del fuerte, por la ayuda que ello pueda prestarles, y el
enfermo, del médico, y todo el que no sabe tiene que vincularse al que sabe y
amarle.
Y continuamente así con su discurso, de una
manera aún más grandilocuente, hablando de que carecía de todo fundamento el
que lo semejante fuese amigo de lo semejante y de que, más bien, lo que ocurre
es lo contrario, porque lo opuesto es lo más amigo de lo opuesto.
En consecuencia, es esto, pero no lo
semejante, lo que cada uno desea: lo seco a lo húmedo, lo frío a lo caliente,
lo amargo a lo dulce, lo agudo a lo obtuso, lo vacío a lo lleno y lo lleno a lo
vacío, y así todo lo demás, según el mismo sistema. Pues lo contrario es el
alimento de su contrario; pero lo semejante no saca provecho de lo semejante. Y
en verdad, compañero, que parecían muy ingeniosas estas cosas que decía.
Porque lo cierto es que habló bien[6].
-¿A vosotros, sin embargo -dije-, cómo os
parece que habló?
-Muy bien, dijo Menéxeno, al menos en el
momento de oírlo.
-¿Diremos, pues, que lo opuesto es lo más
amigo de aquello que se le opone?
-Claro que sí.
-Bien, dije yo, y ¿no lo encuentras raro,
Menéxeno? ¿Y no- saltarán rápidamente sobre nosotros esos varones sabelotodo,
quiero decir esos buscadores de contradicciones, que nos preguntarán si no es
la amistad lo más opuesto a la enemistad?[7].
¿Qué les responderemos? ¿O no estamos obligados a confesar que dicen verdad?
-Sí que lo estamos.
-Así pues, dirán, que lo que más quiere el
amigo es lo enemigo, y viceversa.
-Ninguna de las dos cosas, dijo.
-¿Pero sí, lo justo a lo injusto, o lo
moderado a lo intemperante, o lo bueno a lo malo?
-No me parece que sea éste el caso. Pero, en
verdad, dije yo, si, por oponerse, algo es amigo de algo, necesariamente
tendría que haber entremedias un vínculo de amistad.
-Por supuesto.
Así pues, ni lo semejante es amigo de lo
semejante, ni lo opuesto a lo opuesto.
-No parece.
-Pero examinemos todavía lo siguiente: si es
que la amistad[8]
no se nos oculta aún más y, en realidad, no es nada de todo esto, sino que lo
que ha llegado a ser amigo de lo bueno no es ni bueno ni malo.
-¿Qué quieres decir?, exclamó él.
-Por Zeus, dije, que no lo sé, sino que me
encuentro como aturdido por lo descaminado del asunto, y me estoy temiendo que
al final, conforme al viejo proverbio, lo bello sea lo amado. Al menos se
parece a algo blando, liso, escurridizo. Por eso, tal vez, se nos escabulle tan
fácilmente y se nos escapa, por estar hecho así. Insisto, pues, en que lo bueno
es lo bello.
-¿No lo crees?
-Sí que lo creo.
-Y digo, además, como presintiéndolo, que lo
amigo de lo bello y lo bueno no es ni bueno ni malo[9].
Voy a decirte en qué sentido lo presiento. Me parece como si hubiera algo así
como tres géneros: primero, lo bueno, después, lo malo y, por último, lo que no
es ni bueno ni malo. ¿Qué tal?
-Por mí, de acuerdo, dijo. .
-Y ni lo bueno es amigo de lo bueno; ni lo
malo, de lo malo; ni lo bueno, de lo malo, si somos consecuentes con lo dicho
anteriormente.
Nos resta, pues -si es que algo es amigo de
algo-, que lo que no es ni bueno ni malo sea amigo de lo bueno o de otra cosa
parecida a él mismo. Porque lo que no puede ser es que algo sea amigo de lo
malo.
-Es verdad.
-Pero, tampoco, lo semejante, de lo semejante,
según hemos dicho.
¿No es cierto?
-Sí.
-Entonces, a lo que no es ni bueno ni malo no
le es amiga una cosa que también sea así.
-No parece.
-Por tanto, sólo lo que no es ni bueno ni malo
puede ser amigo de lo bueno.
-Necesariamente, según se ve.
-Entonces, muchachos, dije yo, ¿no iremos por
buen camino con lo que acabo de decir? Si, según esto, quisiéramos fijarnos en
el cuerpo sano, veríamos que no necesita de medicina ni de ayuda alguna, porque
se basta así mismo, de forma que ningún sano será amigo de un médico por causa
de la salud, ¿no es así?
Así es.
-Pero el enfermo, creo, lo será por su
enfermedad.
-¿Cómo no?
-La enfermedad es, a buen seguro, un mal; sin
embargo, la medicina es algo útil y bueno.
-Sí.
-Pero el cuerpo, en cuanto que es cuerpo, no
es ni bueno ni malo[10].
Así es.
-Forzosamente ocurrirá que el cuerpo, por la
enfermedad, dependerá de la medicina y la amará en cierto sentido.
-Me parece que sí.
Así pues, lo que no es ni bueno ni malo será
amigo de lo bueno por la presencia de lo malo[11].
-Parece que sí.
-Pero es claro que esto ocurrirá antes de que
llegue a ser malo por el mal que se le ha pegado; pues una vez que se volviese
malo, no podría desear lo bueno y serle amigo, ya que es imposible, según hemos
dicho, que lo malo sea amigo de lo bueno.
-Sí que lo es.
-Fijaos, entonces, en lo que digo y que es lo
siguiente: digo que algunas cosas se vuelven como aquello que se les pega, pero
otras no.
Así si alguien quisiera pintar algo con un
cierto color, ocurre que, de algún modo, lo que se pinta está en lo pintado.
-Sin duda.
-Pero, en este caso y por lo que se refiere al
color, ¿es lo pintado como lo que está encima?
-No lo entiendo, dijo él.
-Claro que sí, dije yo. Si alguien te tiñese
tus cabellos, que son rubios, con tintura blanca, ¿serían entonces blancos, o
sólo lo parecerían?[12].
-Sólo lo parecerían, dijo él.
Y, sin embargo, lo blanco estaría en ellos.
-Sí.
-Pero, a pesar de todo, no serían blancos,
sino que, con independencia de lo blanco que tenían, no son ni blancos ni
negros.
-Es verdad.
-Sin embargo, cuando la edad, oh amigo mío,
les imponga ese mismo color, entonces serán realmente blancos y tal como
estaban con el blanco teñido.
-¿Y cómo no?
-Entonces voy a hacerte la siguiente pregunta:
¿si a alguna cosa le sobreviene otra, lo que esa cosa es realmente será como lo
que le sobreviene, o bien, dependerá de la manera concreta como le sobrevenga,
si lo es o no lo es?
-Más bien así, dijo.
-Y lo que no es ni bueno ni malo, aunque a
veces le sobrevenga lo malo, no es por ello malo, pero en algún caso puede
hacerse tal.
-Por supuesto.
-Así pues, cuando todavía no es malo, a pesar
del mal que le sobreviene, esta misma presencia[13]
le hace desear el bien. Pero, si lo hace malo, le quita al mismo tiempo el
deseo de la amistad del bien. En este caso, ya no es algo que no es ni bueno ni
malo, sino malo; y lo malo no es amigo de lo bueno.
-Seguro que no.
-Según esto, podemos, en consecuencia, decir
que los que ya saben no quieren el saber, bien sean dioses, bien sean hombres;
y que tampoco lo quieren los que están tan llenos de ignorancia que son malos,
porque ningún malo o necio busca el saber[14].
Quedan, pues, aquellos que tienen este mal, la ignorancia; pero, no por ello,
son insensatos ni necios, sino que se dan cuenta de que no saben lo que no
saben. Por consiguiente, sólo buscan el saber los que no son ni buenos ni malos;
pues todos los que son malos no buscan el saber, ni tampoco los buenos. Porque,
como hemos comentado en lo que antecede, ni lo opuesto es amigo de lo opuesto,
ni lo semejante de lo semejante. ¿O no os acordáis?
-Claro que sí, dijeron.
-Ahora, pues, les dije, hemos encontrado, con
toda seguridad, oh
Lisis y Menéxeno, qué es lo amigo y qué no lo
es. Ya que dijimos que tanto por lo que respecta al alma, como al cuerpo, lo
que no es ni bueno ni malo, por la presencia de lo malo, tiende precisamente al
bien.
Dijeron que estaban completamente de acuerdo y
que así eran las cosas.
Yo mismo también me alegré mucho tomando de
buena gana, como un cazador, la presa cobrada. Pero en seguida, y no sé bien de
dónde, me vino una extraña sospecha de que no era verdad todo aquello en lo que
habíamos convenido, y muy contrariado les dije:
-Oh Lisis y Menéxeno, me parece que ha sido un
sueño nuestra riqueza.
-¿Qué pasa ahora?, dijo Menéxeno.
-Me temo, le dije, que igual que con hombres
presuntuosos nos hemos topado con estas palabras sobre lo que es ser amigo[15].
-¿Cómo es esto?, dijo.
-Fíjate un momento, le dije yo. El que es
amigo, ¿lo es de alguien o no?
-Lo es, necesariamente.
-¿Y sin finalidad ni causa alguna o por causa
de algo y con algún fin?
-Por causa de algo y con algún fin.
-¿Y es amigo de lo que le hace a él amigo, o
no es ni amigo ni enemigo?
-No te sigo muy bien.
-No me extraña, dije yo; pero quizá me
seguirás así mejor y yo sabré mejor lo que digo. El enfermo, decíamos, es amigo
del médico. ¿No es así?
-Sí.
-Por consiguiente, por causa de la enfermedad
y con vistas a la salud, es amigo del médico.
-Sí.
-Pero ¿la enfermedad es algo malo?
-¿Cómo no?
-¿Y qué es la salud?, le dije, ¿es buena,
mala, o ninguna de las dos cosas?
-Buena, dijo él.
-Afirmábamos, entonces, según parece, que el
cuerpo no es ni bueno ni malo y que, por causa de la enfermedad, que es un mal,
es amigo de la medicina, y que la medicina es un bien. Y es por la salud por lo
que la medicina ha adquirido esta amistad, pues la salud es un bien. ¿No es
así?
-Así es.
-¿Es la salud- algo amigo o no?
-Es algo amigo.
-¿Y la enfermedad es un mal?
-Ciertamente.
-Lo que no es ni malo ni bueno es pues, amigo
de lo bueno por causa de lo malo y de lo odioso, y con vistas a un bien amigo[16]34.
-Evidentemente.
-Por consiguiente, debido a lo que se quiere y
por culpa de lo que se detesta es por lo que el amigo es amigo del amigo.
-Así parece.
-Bien, dije yo. Puesto que hemos llegado hasta
aquí, muchachos, fijemos la vista para que no se nos extravíe. El hecho de que
el amigo llegue a ser amigo del amigo lo dejaremos, pues, a un lado, así como
el que lo semejante se haga amigo de lo semejante, aunque dijimos que era
imposible. Pero, al mismo tiempo, y para que no nos engañe lo que ahora hemos
aceptado, examinemos lo siguiente: la medicina, dijimos, es algo que se quiere
por causa de la salud.
-Sí.
III.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN:
En equipos de trabajo realiza las
siguientes actividades:
1.
Leer
los textos y subraya las ideas principales sobre la amistad, entrega una copia
de su texto por escrito.
2.
Organiza
las premisas y conclusión, que encuentres el los textos y las entrega por
escrito.
3.
Distingue
en los argumentos sobre la amistad, su demostración, universalidad, implicación necesaria y validez, y las
entrega por escrito.
4.
Relaciona
los argumentos sobre la amistad con tus vivencias y las entrega por escrito.
5.
Debate
con tus compañeros de clase, tus justificaciones sobre la consistencia lógica
de las conclusiones de material oral y escrito, que realizaste en equipo.
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN:
Lista de Cotejo para la Evaluación
del análisis argumentativo
|
||||
COLEGIO
DE BACHILLERES PLANTEL
|
||||
GRUPO:
|
TURNO:
|
|||
ASIGNATURA:
|
|
|||
NOMBRE
DEL ALUMNO (A):
|
NÚM.
DE LISTA:
|
|||
NOMBRE DEL PROFESOR (A):
|
||||
Indicadores
|
Hecho
|
Pendiente
|
No realizado
|
|
Lee los textos y subraya las ideas
principales.
|
|
|
|
|
Organiza las premisas y conclusión.
|
|
|
|
|
Distingue en
los argumentos la demostración, universalidad, implicación
necesaria y validez.
|
|
|
|
|
Relaciona los argumentos sobre la
amistad con sus vivencias.
|
|
|
|
|
Sustenta su postura personal.
|
|
|
|
|
Escala de apreciación
|
||||||
COLEGIO
DE BACHILLERES PLANTEL .
|
||||||
GRUPO:
|
TURNO:
|
|||||
ASIGNATURA:
|
|
|||||
NOMBRE DEL ALUMNO (A):
|
NÚM. DE LISTA:
|
|||||
NOMBRE DEL PROFESOR (A):
|
||||||
Indicadores
|
P
Permanentemente
|
F
Frecuentemente
|
O
Ocasionalmente
|
RV
Rara vez
|
N
Nunca
|
|
Participa
activamente en la toma de decisiones del grupo.
|
|
|
|
|
|
|
Respeta
el orden de intervención.
|
|
|
|
|
|
|
Respeta
las opiniones de los demás.
|
|
|
|
|
|
|
Expone
sus propias ideas.
|
|
|
|
|
|
|
Escucha
atentamente a los demás
|
|
|
|
|
|
|
I. TEMATICA: ARGUMENTACIÓN INDUCTIVA, SU FINALIDAD Y
CARACTERÍSTICAS: LA VERFICACIÓN.
PROPÓSITO:
Que el estudiante evalúe el argumento
inductivo a través del análisis comparativo con los argumentos deductivo,
analógico y retórico de sus fines y características, para que las use en
procesos dialógicos.
INTRODUCCIÓN:
El estudiante recordará la estructura
del argumento, tema visto en el bloque anterior, así como las características
del argumento deductivo con el fin de compararlos, asimismo reconocerá su
importancia y función dentro del diálogo.
DESARROLLO:
Los estudiantes de manera individual
realizaran el siguiente cuadro conceptual, a partir de la lectura e
investigación sobre las características del argumento inductivo:
ARGUMENTO
INDUCTIVO
|
|
DEFINICIÓN
|
CONCEPTOS
BÁSICOS
|
|
Argumento
|
Verificación
|
|
CARACTERÍSTICAS
|
Inferencia
|
|
Generalización
|
Factual
|
Páginas sugeridas para la
investigación:
II.
MATERIAL DIDACTICO: LECTURA
ARGUMENTO
INDUCTIVO
LA INFERENCIA[1]
Es importante que recuerdes que un argumento
es una unidad de razonamiento en el cual una o más proposiciones (enunciados),
llamadas premisas, buscan proveer la
base que sostenga la certeza de otra proposición, conocida como conclusión.
La operación mental que ocurre en un argumento es la inferencia. Al inferir tomamos una o
más premisas cada una de las cuales, al ser proposiciones, afirman o niegan
algo – es decir, son juicios – a partir de los cuales obtenemos una proposición
nueva llamada conclusión, la cual represente la consecuencia de las premisas.
Inferir una conclusión basada en una sola premisa se llama inferencia inmediata; cuando inferimos usando dos o más premisas se
llama inferencia mediata.
La lógica nos da elementos para
distinguir una inferencia correcta de una incorrecta, por ejemplo:
·
Premisa
(antecedente): Si dejo caer mi copa de
cristal al suelo
·
Conclusión
(consecuente): es casi seguro que esa copa se rompa
Si sucede lo primero (dejo caer mi
copa) sucederá lo segundo (mi copa se rompe). Siguiente inferencia:
·
Un
día encontré mi copa de cristal hecha pedazos
·
Por
lo tanto, yo tuve que haberla dejado caer y no me di cuenta
Podemos ver que este último
razonamiento es defectuoso pues no considera que pudo haber otras causas por
las cuales la copa llegó al piso. La inferencia original es correcta por que el
antecedente es necesario que ocurra primero para luego estar ligada al
consecuente y no viceversa. Por lo que si se firma primero el consecuente y
luego se pretende ligar con el antecedente (como sucede en la segunda
inferencia), entonces tenemos una “razonamiento defectuoso”, llamado falacia o falsedad.
Otro ejemplo de lo anterior, ahora de
una inferencia mediata, es el siguiente:
·
Premisa1:
Alcanzar la felicidad es el fin de
la vida de un ser humano
·
Premisa
2: El fin de la vida es la muerte
·
Conclusión:
Por lo tanto, la felicidad es la muerte
En este caso la ambigüedad insertada
por lo diferentes sentidos de una palabra, fin
como objetivo y como terminación, causa que una persona ligue premisas que en
realidad no están relacionadas y tropiece en su pensamiento, aceptando una
conclusión que no tiene sustento pues sus premisas no tienen conexión lógica.
Este tipo de abuso del lenguaje es usual en quienes quieren estafar, engañar, o
simplemente son incompetentes, por lo que conocer ampliamente el lenguaje juega
un papel determinante en la cantidad de verdad que hay en nuestros discursos.
ARGUMENTO
INDUCTIVO[1]
Existen diferentes formas de
razonamientos a partir de los datos que empleamos en las premisas para inferir
una conclusión, de ahí que exista una relación directa entre el razonamiento
del que hacemos uso y el tipo de argumento al que nos referimos, en este caso
el argumento inductivo.
El razonamiento inductivo es aquel que parte de la relación y análisis
de juicios particulares (casos
particulares) para derivar lógicamente o inferir una consecuencia expresada
mediante un juicio general.
·
Los juicios singulares son en los que el
sujeto se refiere a un individuo determinado
o
Ejemplo:
Juan Sánchez es mexicano de nacimiento
·
Los juicios generales son aquellos por medio
de los cuales el sujeto se refiere a un conjunto de individuos, dando por
resultado juicios particulares o juicios universales.
o
Ejemplo:
Algunos mexicanos se apellidan Sánchez o Todos los mexicas eran de Aztlán
En este tipo de razonamiento, el
predicado es el que se toma en cuenta para relacionar los casos singulares y el
sujeto de los juicios permite la generalización.
·
Ejemplo:
Mercurio gira
alrededor del Sol
Venus gira
alrededor del Sol
La Tierra gira
alrededor del Sol
Marte gira
alrededor del Sol
Júpiter gira
alrededor del Sol
Saturno gira
alrededor del Sol
Urano gira
alrededor del Sol
Neptuno gira
alrededor del Sol
Por lo
tanto, Todos los planetas del sistema
solar giran alrededor del Sol.
La generalización se hizo en función
de que los sujetos de los juicios antecedentes pertenecen a la clase de los
planetas del sistema solar a los cuales se les aplico el mismo predicado: esto
se consideró una buena razón para aceptar la consecuencia de que todos los
planetas del sistema solar giran alrededor del sol, ya que en todos los casos
se afirmo lo mismo.
Pero puede suceder que no tenga la
afirmación del mismo predicado en todos los casos, lo que nos lleva a
generalizar de diferente manera:
·
Ejemplo:
El oro se presenta en la naturaleza en
estado sólido
La plata se presenta en la naturaleza
en estado sólido
El cobre se presenta en la naturaleza
en estado sólido
El mercurio se presenta en la
naturaleza en estado líquido
Por
lo tanto, algunos metales se presentan
en la naturaleza en estado sólido
La generalización se hizo en función
de que los sujetos de los juicios antecedentes pertenecen a la clase de los
metales, pero no se predico lo mismo de todos los sujetos, por lo que la
generalización se especifico en un juicio particular “algunos metales se presentan en la naturaleza en estado sólido”
lo cual nos permite obtener consecuencias como:
Algún
metal se presenta en la naturaleza en estado líquido
Algunos
metales se presentan en la naturaleza en estado sólido y por lo menos uno en
estado líquido
Ambas conclusiones son verdaderas
Cada uno de los juicios antecedentes
es el resultado de observaciones
empíricas de datos factuales, por lo que este tipo de razonamiento se caracteriza por ir de la particular a lo
general.
La verdad o falsedad de este tipo de
argumentos se da por medio de la verificación
ya que esta analiza el aspecto empírico de las conclusiones; por lo general,
mediante la observación se contrasta la explicación dada en el argumento con
los hechos mismos, para inferir de ello su confirmación o rechazo.
Lo anterior nos puede plantear un
problema ya que este tipo de argumentación supone la observación de un número
significativo de casos particulares para realizar una generalización, pero
puede suceder en el caso que al darse una excepción nuestra generalización sea
equivocada, por ello es importante se sujete a constante verificación.
III.
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN
INSTRUCCIONES:
Lee el siguiente texto, subraya las
ideas principales, llena el cuadro que se propone al final de la lectura, y
redacta un párrafo de mínimo 50 palabras con
tus conclusiones. Estas dos últimas actividades son en tu libreta de
apuntes.
Guerras
voraces[2]
En 1975, el rey de Marruecos invadió
la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población.
El Sáhara es, ahora, la última colonia
en África.
Marruecos le niega el derecho de
elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor
intención de devolverlo.
Los saharauis, los hijos de las nubes,
los perseguidores de la lluvia, están condenados a una pena de angustia
perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón,
mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto.
Mil y una veces también, las Naciones
Unidas se han pronunciado contra la usurpación israelí de la patria palestina.
En 1948, la fundación del estado de
Israel implicó la expulsión de ochocientos mil palestinos. Los palestinos
desalojados se llevaron las llaves de sus casas. Como habían hecho, siglos
antes, los judíos que España echó. Los judíos nunca pudieron volver a España.
Los palestinos nunca pudieron volver a Palestina.
Los que se quedaron fueron condenados
a vivir humillados en territorios que las continuas invasiones van encogiendo
cada día.
Susan Abdallah, palestina, conoce la
receta para fabricar un terrorista:
Despójelo de agua y de comida
Rodee su casa con armas de guerra
Atáquelo por todos los medios y a
todas horas, especialmente en las noches
Demuela su casa, arrase su tierra
cultivada, mate a sus queridos, especialmente a los niños, o déjelos mutilados.
FELICITACIONES: ha creado usted un
ejército de hombres – bomba.
TITULO
|
IDEAS
PRINCIPALES
|
IDEAS
QUE COMPONEN EL ARGUMENTO
|
CONCLUSIONES
¿Por qué es un argumento inductivo?
|
|
|
Conceptos clave:
premisas y conclusión
|
Conceptos clave: estructura, inferencia y generalización
|
INSTRUCCIONES:
El estudiante realizará el esbozo de
un argumento inductivo a partir de un dilema propuesto junto del docente
durante la clase.
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
En ambos casos se evaluará:
• Presentación
del trabajo
• Esquema del
argumento:
o Premisa
1:
o Premisa
2:
o Conclusión
• Por lo menos la
existencia de dos premisas para llegar a la conclusión (inferencia mediata)
• Desarrollo de
las premisas (por lo menos un párrafo por premisa)
• Redacción y
ortografía
I. TEMATICA: ARGUMENTACIÓN ANALÓGICA, SU
FINALIDAD Y CARACTERÍSTICAS: LA POSIBILIDAD; TRANSITIVIDAD Y CONTRASTACIÓN DE
RELACIONES.
PROPÓSITO:
Que el estudiante desarrolle
habilidades para identificar y desarrollar argumentos analógicos.
INTRODUCCIÓN:
El docente previamente asignó al grupo
la lectura del texto La Argumentación, de Christian Plantin, e iniciará la
sesión mediante una lluvia de ideas sobre lo más importante de la lectura y lo
anotará en el pizarrón, con la finalidad de establecer las características del
argumento analógico.
DESARROLLO:
Una vez que se han expuesto las ideas
acerca de la argumentación analógica, es necesario que el alumno identifique el
razonamiento analógico, de tal manera que sea consciente de su importancia,
para que a través de ejercicios desarrolle argumentos de este tipo relacionados
con la vida cotidiana.
II.
MATERIAL DIDACTICO: LECTURA
Christian
Plantin, La argumentación, Editorial
Ariel, España, 1996, páginas 77-84.
Capitulo 8
ARGUMENTACIÓN Y ANALOGÍA
La argumentación por analogía nunca es concluyente y su valor
explicativo es incierto. Sin embargo desempeña un papel de primer plano en la
producción y la justificación de las afirmaciones, según el esquema del A.
Admite dos modos de refutación: el uno se refiere a su validez, el otro, de
forma más decisiva, se refiere a una “sobreutilización” de la analogía. La analogía
está en la base de las argumentaciones fundamentales sobre el precedente, el parangón
y el modelo, así como de la argumentación por inducción.
A) Definición
·
ESQUEMATIZACIÓN
La analogía se utiliza
argumentativamente en los casos siguientes:
1.
La verdad de una proposición (P) y la
pertinencia de una línea de acción (A) están en debate.
2.
La proposición (P) se considera verdadera y la
acción (A) se considera adecuada
3.
(P) y (A) son analogías respectivamente a (P´)
y (A’) en tal y tal aspecto
4.
Luego (P) es verdadera y (A) eficaz.
Llamamos tema a (P), (A) y análogo,
respectivamente a (P´), (A´)
·
EXPRESIÓN DE LA RELACIÓN ANALÓGICA
Las expresiones siguientes articulan
explícitamente analogías:
P es
análogo a, es idéntico que, se parece a, es semejante a, tiene el aspecto que,
recuerda a, correspondiente a… P
P y P son
homólogos, son del mismo género, hay semejanza entre P y P.
Así
(como), igual que, como… P´,P.
·
EJEMPLO
La refutación siguiente utiliza la analogía:
Ø En este
libro, todos los ejemplos han sido reescritos y simplificados.
Ø ¡Por eso
los libros introductorios nunca son de ninguna utilidad cuando se trata de
analizar un caso concreto!
Ø Absolutamente
falso: en un libro de flora las fotos son siempre ambiguas, las plantas se
reconocen gracias a los dibujos.
Este ejemplo se puede descomponer como
sigue:
Tema: Los ejemplos en un libro
introductorio.
Pregunta: En un libro introductorio, ¿son
necesarios ejemplos reales o ejemplos simplificados?
Proponente: Son necesarios ejemplos simplificados
Oponente; Los ejemplos simplificados son
inútiles
Análogo del tema: Los
dibujos en un libro de flora.
Refutación de la objeción a través de una
analogía: En un libro de flora los dibujos son útiles.
B)
Refutación
de las analogías
Todo es análogo a todo en un aspecto u
otro, y las analogías pueden estar más o menos “sacadas por los pelos”, Las
analogías se refutan de dos maneras:
·
REFUTACIÓN SOBRE EL FONDO
Esta refutación consiste en mostrar
que el tema difiere del análogo en ciertos aspectos esenciales por lo que
respecta al debate en curso.
Pregunta: ¿Quién debe pagar los gastos
del viaje del papa?
Proponente: Todo el mundo debe hacerse cargo de
los gastos del viaje del papa, tanto las personas sin religión como los creyentes.
Después de todo, también las personas sin hijos pagan por la Educación Pública
Oponente: Las personas sin hijos recibirán
pensión que les será pagada por los hijos de los demás. Las personas sin
religión no reciben nada de los creyentes, sólo promesas de castigos
infernales.
·
REFUTACIÓN AD
HOMINEN DE LA ANALOGÍA
En este segundo modo de refutación es
particularmente eficaz, pues se sitúa en el terreno del adversario (véase
capitulo 15). El oponente “lleva más lejos” la analogía avanzada en el discurso
del Proponente, con el fin de darle la
vuelta para ponerla al servicio de su propio discurso de oposición.
Ø
El oponente admite que tal tema admite bien
tal análogo.
Ø
Al focalizar un aspecto del análogo que ha
pasado desapercibido para el Proponente pone la analogía al servicio del contra
discurso.
Ejemplo
Pregunta: ¿Tiene que hacerse cargo la Seguridad
Social de los tratamientos de metadona (un producto de sustitución) que se
propone para los drogadictos?
Proponente: Si, Los drogadictos son como los
alcohólicos. La colectividad se hace cargo del tratamiento médico de los
alcohólicos, por lo tanto, debe hacerse cargo del tratamiento de metadona para
los drogadictos.
Oponente: No, La metadona no es un tratamiento
sino una droga. Yo estoy de acuerdo en hacerme cargo del tratamiento médico de
los alcohólicos, pero no de pagarles la bebida.
C)
Las
analogías en diversos ámbitos argumentativos
La analogía desempeña un papel en las
argumentaciones en las que se plantea un precedente, en las que se relaciona el
caso presente con un caso típico o en aquellos que se propone seguir un modelo.
Su funcionamiento es característico en los ámbitos jurídico, político y moral.
·
EL PRECEDENTE
Los juicios se realizan en el contexto
de juicios pasados, que conciernen a
casos “del mismo tipo”. La importancia que se otorga al precedente no es otra
cosa que un exigencia de coherencia en las decisiones que se toman.
La analogía desempeña un papel
esencial en el razonamiento jurídico, en el que se expresa bajo la forma de una
regla de justicia que exige que los
casos idénticos sean tratados de la misma manera. Por supuesto se admitirá o no la identidad de
los casos según el punto de vista que se adopte, y será necesario argumentar
para establecerlo. Las diferentes formas de argumentación, aplicadas a un caso
concreto, funcionan siempre en cadena.
·
LOS “GRANDES ANÁLOGOS” EN LA ARGUMENTACIÓN
POLÍTICA
En el razonamiento político, ciertos
acontecimientos funcionan como parangón.
Munich y la voluntad expansionista nazi, el desarrollo de la segunda guerra
mundial, el genocidio, son un conjunto de grandes
análogos que han servido para pensar todos los conflictos actuales, desde
la guerra del Golfo hasta Bosnia.
Para los americanos, el Vietnam es el
gran análogo al que se recurre en busca de ayuda cuando hay que discutir sobre
las posibles intervenciones en el extranjero.
·
LA ARGUMENTACIÓN MORAL
Ø Ya se
trate de imitar a un santo, a un héroe, o de oponerse a un canalla, la
eficiencia de la argumentación por modelos
y contrapuntos se basa en los mismos mecanismos psicológicos de
identificación.
Ø El argumento de las represalias es un
argumento esencialmente moral. El argumento “ojo por ojo, diente por diente”
sirve para justificar una acción moralmente reprensible.
¿Por qué
voy a ayudar a mi hermano a hacer sus deberes? El no ha querido dejarme sus
cochecitos.
De esta manera se justifica una acción
negativa poniéndola en paralelo con otra acción negativa. Esta argumentación se
refuta a partir del principio moral de que no se puede combatir el mal con el
mal, que el mal no se compensa con el mal. Se admite, pues, que se debe
devolver el bien por el bien.
Mi hermano
me ha prestado sus cochecitos, es normal que lo ayude con sus deberes.
Pero, no el mal por el mal. Si los
sildavos han masacrado a las poblaciones civiles poldavas, los poldavos no
están por ello autorizados a masacrar poblaciones civiles sildavas.
D)
Analogía e
Inducción
La argumentación por inducción generalizada
de forma analógica en todos los casos de constataciones hechas a partir de un
número finto de casos.
Hundo
la mano en el saco y extraigo un grano de trigo.
Hundo
por segunda vez la mano en el saco y extraigo un segundo grano de trigo
Hundo
por 294a vez la mano en el saco y extraigo un 294o grano de trigo.
Conclusión:
se trata de un saco de trigo
La argumentación por inducción
permite, en particular, introducir
enunciados genéricos que otras argumentaciones tomarían como puntos de partida.
Se refuta mostrando que procede de una generalización
precipitada.
Esta
japonesa es pelirroja, luego todas las japonesas son pelirrojas.
E)
¿Puede la
analogía ser explicativa?
A veces se opone analogía
argumentativa y analogía explicativa. La segunda es un caso particular de la
primera:
1.
La proposición P no está comprendida-
2.
No hay debate respecto a P, esta comprendida
3.
La proposición P es análoga a P´
4.
P está comprendida
Aquí P´ no sirve para probar P,
sino para explicarla.
Más allá de la búsqueda de una causa
(véase capitulo 7), la demanda de explicación expresa un malestar ante un acontecimiento que no se integra en lo
ordinario; toda palabra que puede clamar ese malestar se entenderá como una
explicación. Un hecho esta “explicado” cuando queda integrado en un sistema de
representaciones: la enfermedad de mis corderos se explica por la maldición que
ha echado mi vecina.
Lo que es explicación en un sistema no
lo será en otro. Consideremos de ese modo la analogía átomo/sistema solar. Se
dice a veces que el sistema solar proporciona un “modelo” del átomo: el Sol
representa el núcleo central, y los planetas que giran alrededor del Sol
representan a los electrones. La estructura del átomo recibe, de ese modo, una
primera “explicación”. Pero basta con profundizar un poco para demostrar que la
analogía desorienta tanto como explica; los sistemas de fuerzas en el interior
del átomo no tienen nada en común con los sistemas de fuerzas en el sistema
solar:
Los
planetas conservan una órbita estable por la acción de dos fuerza, la atracción
por el Sol y, por otra parte, la fuerza centrífuga.
En efecto,
existe una fuerza que se corresponde con la atracción de los planetas por el
Sol, pero nada se corresponde con la fuerza centrífuga.
Estas limitaciones de la analogía
hacen que, si bien puede tener una función divulgadora, no tienen ninguna
función en la teoría. El físico será más sensible al hecho de tal “explicación”
puede representar un verdadero
“obstáculo” a la comprehensión.
III.
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN
Se recomienda que el alumno elabore,
ya sea individualmente o en equipos colaborativos las siguientes preguntas:
¿Qué es un argumento analógico?, ¿Cómo se clasifican los argumentos?, ¿Cuál es
la estructura de un argumento analógico? ¿Cómo se dan los argumentos
analógicos?, ¿Cuál es la importancia de las analogías?, ¿Para qué sirven las
analogías?, ¿Cómo argumentar analógicamente?
El instrumento de evaluación de esta
actividad que resulta viable es una Bitácora. La cual debe contener las
siguientes preguntas, describir: 1.- ¿Qué paso en la sesión?; 2.- ¿Cómo se
sintieron en la sesión?; 3.- ¿Qué aprendizajes obtuvieron en la sesión?; 4.-
¿Qué aportaste a la sesión?; 5.- ¿Qué propones para mejorar la enseñanza de los
argumentos analógicos? O bien, puede ser un cuadro sinóptico a partir de la
lectura realizada del texto de Plantin.
IV.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Valoración del profesor: El docente
con base en un cuestionario y bitácora emitirá un juicio sobre los tipos y
formas de argumentación que hayan utilizado cada uno de los participantes.
Recomendaciones para la enseñanza de
la analogía:
El docente clarificará qué desea que
aprendan los alumnos de cierto contenido ¿Un concepto, un hecho o un problema?
Elegirá lo más importante del contenido
a enseñar:
El profesor generará varios argumentos
analógicos para obtener el mejor.
Al decidir la mejor argumentación
analógica considerará en primer lugar que debe ser conocida muy bien por el
docente y en segundo lugar por los alumnos.
Elegir la argumentación analógica que
mejor comunique el tema seleccionado y permita explicarlo adecuadamente.
I.
TEMATICA: ARGUMENTACIÓN RETÓRICA; FINALIDAD Y CARACETRÍSTICAS
PROPÓSITO:
Que
el estudiante compare y evalúe distintas formas de argumentación, su finalidad
y características, a través del análisis y las utilice en procesos dialógicos.
INTRODUCCIÓN:
El
estudiante buscará las definiciones de
silogismo, paralogismo y sofisma con el fin de identificar sus usos en el
argumento retórico y de esta forma identificar las características de dicho
argumento, su importancia y aplicación
en diferentes contextos o entornos sociales.
DESARROLLO:
El
estudiante comentará el texto de Toulmin y la Retórica de Aristóteles propiciando
el intercambio de criterios, conjuntamente con el docente, quien ilustrará con
ejemplos, las diferentes figuras de los argumentos retóricos, ubicándolos en entornos sociales, así como,
algunas de sus aplicaciones y problemáticas, en el campo de la publicidad. Una
vez hechos los comentarios y aclaraciones pertinentes sobre el tema, se
organizarán los estudiantes por pares y entregarán al docente sus conclusiones,
integrando los comentarios del grupo y del docente.
II. MATERIAL DIDÁCTICO
Lee las siguientes definiciones recogidas del texto de Toulmin
“Los usos de la argumentación” y contesta lo que se te solicita
Argumentación: la argumentación es una operación de
pensamiento, una cuestión lógica.
La argumentación se produce en textos monológicos. Los textos son el
instrumento de la expresión lógica.
Esos textos se critican en función de
una norma lógico- científica, que toma en consideración el valor de verdad de
los enunciados que forman parte de la
argumentación y la validez del lazo que
une las premisas a la conclusión.
Silogismo: un
silogismo es, en efecto, un discurso compuesto de tres enunciados
(proposicionales) simples. Una de esas
proposiciones, la conclusión, se infiere de las otras dos, las premisas. Cada una de las premisas tiene un
término en común con la otra premisa y
un término en común con la conclusión.
Paralogismo: un parlogismo es una
argumentación (una inferencia) no
válida, cuya forma recuerda a la de una
argumentación válida.
Sofisma: lo que
llamamos actualmente sofisma reposa sobre una imputación de contenido inconfesable, que puede o no
tener éxito. En efecto, cualquier distinción entre sofisma y paralogismo reposa
sobre la cuestión de la atribución de intenciones. El paralogismo está del lado
del error; el sofisma es un paralogismo que sirve a los intereses o a las
pasiones de su autor.
Ley de Toulmin:
Obras
ha sido
En
su inmueble
aumentado
Ley de paso:
El inquilino
Debe pagar Reserva:
Una parte
el propietario decide
Garantía:
En virtud de tal
Decreto …
III.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
Actividad
I:
En los
siguientes textos, identifica cual es un Silogismo, cual es un sofisma
y, cual es un Paralogismo; y cual sigue la Ley de Toulmin.
A)
“Así, pues, la tesis es también un problema; pero no todo problema es una tesis, puesto que algunos de los
problemas son tales que no tenemos ni
una opinión ni otra acerca de ellos. En
cambio, el que sea una tesis sea un problema es evidente: en efecto, a
partir de lo dicho es necesario que, o bien la mayoría discrepe de los sabios
en torno a la tesis, o bien que unos u otros discrepen entre ellos, puesto que la tesis es un juicio
paradójico. De todos modos, actualmente todos los problemas dialécticos vienen
a llamarse tesis (TÓPICOS, P.P. 107-108)
R=_____________________________________________________
B)
“En la naturaleza y entre los hombres impera
la ley del más fuerte” (CÁLICLES)
R=_________________________________________________
C)
“No es el lenguaje el que comunica cosas
perceptibles sino las cosas perceptibles las que crean el lenguaje” (GORGIAS)
R=___________________________________________________
D)
“Conviene que combatan las ideas para que no
tengan que combatir las personas”
(KARL POPPER) R=__________________________________________________
E)
“Desde el origen del estudio sistemático de la
sociedad en la antigua Grecia, la mezcla y el solapamiento han sido endémicas
en la praxis de la ciencia social” (JEFFREY C. ALEXANDER “LA CENTRALIDAD
DE LOS CLÁSICOS”.
R=_________________________________________________
F)
“Si el filósofo español José Gaos admite que Octavio Paz es un filósofo,
entonces debemos de considerar a Octavio Paz como filósofo mexicano” (ANTHONY
STATON)
R=_________________________________________________
G)
“El hombre es
pura química” (SEVERO OCHOA) R=__________________________________________________
H)
“ Vivir es contestar a la pregunta : “¿Qué va
a ser de mí”; morir es contestar definitivamente a esa misma pregunta; la otra vida es la misma vida vivida de otra
forma” (XAVIER ZUBIRI) R=___________________________________________________
I)
“Ser sinceros no es decir todo lo que
pensamos, sino no decir nunca lo contrario de lo que pensamos” (ANDRÉ
MAUROIS) R=__________________________________________________
J)
“La solidaridad compartida es otro elemento
esencial de la civilización de la pobreza en contraposición con el
individualismo cerrado de la civilización de la riqueza” (IGNACIO ELLACURÍA) R=___________________________________________________-
A; Dorantes, Marco; Inferencia y falacia: 2010
[5]
El tema de la autosuficiencia del bueno
ha llevado a una aporía y, con ello, a una característica esencial de la
relación amorosa. Porque, efectivamente, la semejanza puede, en el hombre,
provocar alejamiento y diversidad. Los que menos se parecen, son, pues, los que
más se necesitan y más se atraen. El problema está, por supuesto, simplificado.
La amistad y el amor mezclan semejanzas y diversidades, y de esta aparente
desarmonía surge la fundamental atracción. El plano semántico en el que la
discusión se mueve permite continuas referencias al lenguaje y a la crítica
conceptual.
[6]
La teoría de la atracción de los
opuestos hace pensar en algunos fragmentos de Heráclito y en su intuición de
los diversos componentes de la «armonía invisible». El pasaje está puesto en
boca de un posible discípulo de Heráclito. ¿Tal vez Crátilo, el maestro de
Platón?
[7]
Parece clara la alusión a los
procedimientos sofistas de los «discursos dobles» y las oposiciones de
significado.
[8]
Por la dificultad terminológica a que se
hizo mención en la nota 17, la mayoría de los traductores ponen aquí un
sustantivo. En realidad, el texto griego utiliza una forma adjetivada precedida
de un artículo neutro tò
philon, literalmente lo
amigo. Efectivamente, lo que se oculta puede ser algo así como lo que
caracteriza a la amistad, lo que la fundamenta, un paso hacia el prôton philon, que no aparece en el lenguaje.
[9]
Esta idea de un tercer género,
intermedio y neutral entre lo bueno lo malo, acentuará un tema característico
de la teoría platónica del amor. De esta indiferencia brota, pues, la
inclinación.
[10]
La teoría de la neutralidad se
ejemplifica en la posible plenitud de la naturaleza. Lo bueno y lo malo son
adjetivos, formas adicionales de cultura. La naturaleza se halla, pues,
a igual distancia del bien que del mal.
Sólo el hombre califica e inclina hacia un lado la original inocencia de la
naturaleza.
[11]Efectivamente, lo malo, opuesto a lo
bueno, no puede ser amado, ni lo bueno que es autosuficiente puede amar lo que
ya tiene; pero lo que no es ni bueno ni malo puede amar lo bueno porque le
falta. Por consiguiente, es por la presencia
-parousía- de algo malo, que le impide ser bueno,
sin malearlo plenamente, por lo que eso intermedio, mezclado y neutral, busca
el bien.
[12]
Platón expresa, con este ejemplo, una
aguda distinción lógica entre propiedad y accidente que, después, en
Aristóteles (Tópicos 101b 17-25) alcanzará más completo
desarrollo.
[13]
En todo este pasaje, desde 217b, se
repite el término parousía como sustantivo o en diversas formas
verbales. Esto ha hecho suponer aquí el núcleo originario de las relaciones
entre las ideas y los individuos. (Cf., p. ej., K. STEINHART Platons Sämtliche Werke, vol. I, Leipzig, 1850, pág. 267, número 28.) GUTHRIE, A History of Greek
Philosophy, vol. IV, pág. 151, piensa, por el
contrario, que no hay aquí un uso terminológico como tampoco lo hay en otros
diálogos, p. ej., Gorgias (497e), República (437e), Cármides (158e).
[14]
El ejemplo del filósofo como intermedio
entre el saber y la ignorancia es característico de Platon (Banquete 203e; Fedro 278d).
[15]
Sócrates pone en duda todo su discurso
anterior para llegar a la parte más sutil de su reflexión sobre la amistad. A
partir de aquí podríamos decir que el diálogo alcanza su punto culminante.
[16]
Platón utiliza aquí la expresión causal -dia tí- y la final héneka tou. Con vistas, pues, a un bien, tiene
sentido el amor. Es, pues, algo intencional. El texto griego sigue planteando
la típica ambigüedad del phílon. En la misma frase se dice que lo que no es ni bueno ni
malo «es amigo (phílon) de lo bueno a causa de lo malo y con
vistas a lo bueno y a lo amigo» (phílon). Tal vez esta duplicidad se explique porque, dentro de phílon se descubra ya eso «primeramente querido»
y fundador del amor.
[1]Material de apoyo para el estudio de la Modalidad
Semi-Escolar del Sistema de Bachillerato del Gobierno del Distrito Federal,
pág., 47.
[2]Material de apoyo para el estudio de la Modalidad
Semi-Escolar del Sistema de Bachillerato del Gobierno del Distrito Federal,
pág., 48.
[1] Material de apoyo para el
estudio de la Modalidad Semi-Escolar del Sistema de Bachillerato del Gobierno
del Distrito Federal, pág., 6.
[2](2003). En R. Descartes,
Discurso del método. Meditaciones metafísicas (pág. 137). Madrid:
Espasa.
[3] (2008). En C. Plantin, La
argumentación. Barcelona: Ariel, P.25-26.
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